Ya casi se cumplirán 50 años cuando los hermanos Hernández y su primo Óscar, empacaron sueños e ilusiones en unas humildes maletas. Se despidieron de sus familiares. Dejaron su terruño pueblo natal: Rosa Morada, en el municipio de Mocorito, Sinaloa.
Partieron al norte del país, tenían en común un gran sueño, ¡ser grandes músico!. No fue fácil, sin embargo, hoy en día son de los grandes exponentes de la música mexicana, los auténticos Jefes de Jefes, Los Tigres del Norte.
En 2018 la agrupación sinaloense cumplirá medio siglo de exitosa trayectoria musical.
En su tierra natal existe un magno proyecto que rendirá un merecido tributo a estos felinos: el Museo de Los Tigres del Norte.
En entrevista con los Jefes de Jefes minutos antes de su presentación en el Palenque Culiacán, el pasado fin de semana, Jorge Hernández manifestó que además del museo, tiene planeado varios proyectos en conjunto con las autoridades municipales de Mocorito.
“Nos han invitado varias veces, ahorita el señor presidente municipal de Mocorito nos está invitando, el museo y cosas que tenemos planeadas para el futuro en nuestro municipio y queremos que en 2018, hagamos algo junto con ellos”.
Al respecto, Memo Galindo, alcalde de Mocorito, se refirió a Los Tigres del Norte, como personas a quienes les gusta hacer las cosas de la mejor manera.
“Traemos el proyecto como él ya lo mencionó ante los medios de comunicación, el tema del museo de Los Tigres del Norte aquí en Mocorito, que esto vendría a darle una consolidación muy importante como Pueblo Mágico”.
“Es un trabajo que tanto ellos y nosotros hemos venido haciendo, yo viendo el tema de las gestiones como encontrar esa casa idónea, ellos haciendo lo suyo, quieren que este museo sea interactivo y que mejor que este museo se logre instalar y que ellos estén presentes y sobre todo, llevando todavía muchas emociones y sentimientos con sus canciones”, manifestó el alcalde municipal”.
El Tigre Mayor, de acuerdo con lo comentado por Memo Galindo, ha dejado muy en claro que el Museo a Los Tigres del Norte, esté listo para el 2018, año en el que cumplirán 50 años de trayectoria musical.
ASIMISMO, HAY TODAS LAS INTENCIONES Y POSIBILIDADES, QUE ESTOS FELINOS DE LA MÚSICA MEXICANA, ESTÉN PRESENTES EL DÍA DE LA INAUGURACIÓN DE DICHO MUSEO.
GRAN ENTUSIASMO
El líder de Los Tigres del Norte, se mostró más que entusiasmado con tener su propio museo en su tierra natal y más aún, al saber del nuevo Museo a Pedro Infante que se inauguró el pasado sábado 17 de noviembre en la ciudad de Guamúchil.
“Me informaron que acaban de inaugurar un museo muy hermoso de Pedro Infante en Guamúchil y eso nos llena de motivación, esperamos tener grandes recuerdos también allá en Mocorito de parte de Los Tigres del Norte, darles algo de nosotros y que ojalá al público le interese, para que visite este Pueblo Mágico”, manifestó Jorge Hernández.
¡UNA LARGA AUSENCIA DE CASA!
Han pasado ya 15 años desde que Los Tigres del Norte estuvieron en su natal Mocorito, Sinaloa. Fue un 24 de octubre de 2002, cuando fueron declarados Hijos Distinguidos de Mocorito.
El acto estuvo encabezado por el entonces gobernador de Sinaloa, Juan Millán, y el alcalde de Mocorito, Juan Avilés Ochoa.
Sus familiares, amigos, su gente, sus paisanos, los recibieron como quizá ningún otro público lo había hecho: entre lágrimas, gritos, música, aplausos y muchas ganas de abrazarlos.
EN LA CASA DE LA CULTURA DEL AHORA PUEBLO MÁGICO, FUE INMORTALIZADA LA LEYENDA DE LOS TIGRES DEL NORTE, CON PINTURA EN EL MURAL DE ESTE LUGAR QUE NARRA LA HISTORIA DEL MUNICIPIO.
En rueda de prensa, Jorge Hernández, el Tigre Mayor expresó:
“Todavía no olvido cuando descalzo, todas las mañanas llevaba a pastorear las vacas de mi tío”.
Posteriormente, Jorge, Oscar, Luis, Hernán y Eduardo, se trasladaron a la tierra que los vio nacer: Rosa Morada, Mocorito.
Fueron recibidos entre aplausos, vivas, hurras y abrazos. Estuvieron acompañados por su hermano Raúl Hernández (El Tigre Solitario).
Convivieron con sus paisanos y no desaprovecharon la oportunidad para comer tamales de elote, colachi, asaderas, bizcotelas, empanaditas y tomar agua de diferentes sabores preparada por los lugareños, a quienes repartieron autógrafos y posaron para las fotos del recuerdo.
Su estancia en Rosa Morada, incluyó el bautizo de la plazuela del pueblo con el nombre de Los Tigres del Norte.
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