San Francisco.-El Team Shaq se ha alzado como ganador del All-Star Game de 2025. El conocido también como Team OG debido a que estaba formado por varias de las grandes estrellas de la última década se impuso en la final al Team Chuck, que incluía por su parte a todos los jugadores internacionales, por 41-25, poniendo fin de forma poco emocionante a un evento con sus luces y sombras.
Una semi entretenida
Curiosamente, el mejor momento de la noche llegó en el encuentro de semifinales, en la que los de Shaquille O’Neal se midieron al equipo campeón del Rising Stars Championship. Y seguramente por evitar la vergüenza de perder ante un grupo de novatos y sophomores que ni siquiera eran All-Stars, los veteranos mostraron un cierto nivel de esfuerzo y competitividad que hizo de este un duelo divertido de ver.
Con jugadores como Kyrie Irving o Ryan Dunn trabajando en defensa, el tramo final de este encuentro dio la sensación de tener de verdad algo en juego, y aunque evidentemente no llegó al nivel de intensidad de un partido de verdad sí ofreció un baloncesto entretenido. Los jóvenes estuvieron cerca de dar la sorpresa, pero los verdaderos All-Stars no dejaron que les arruinaran su noche y, de la mano de un triple ganador de Damian Lillard, vencieron por 42-35 (ganaba el primero en alcanzar los 40 puntos).
En la otra semifinal, el equipo de Charles Barkley derrotó por 41-32 al Team Kenny, que incluía a varias de las estrellas emergentes de la liga. Estas, no obstante, no parecieron tan implicadas como sí lo estuvieron jugadores como Victor Wembanyama o Shai Gilgeous-Alexander, quien terminó como máximo anotador del duelo con 12 tantos y se encargó además de anotar la canasta ganadora.
El All-Star habitual
La final, por su parte, resultó ser una versión más corta de los All-Star Game a los que nos hemos acostumbrado en los últimos años. El partido no tardó en convertirse en un correcalles y ni siquiera este formato breve, ideado para tener al menos finales apretados, pudo deparar algún momento de emoción, pues los OGs, quizás por la inercia de venir de una semi algo más competida, arrancaron dominando el choque y se impusieron con facilidad.
Como en la ronda anterior, Victor Wembanayama y Kyrie Irving pusieron algún esfuerzo por darle más vida al partido, pero no consiguieron contagiar al resto. Sí dieron algo de espectáculo Stephen Curry y Jayson Tatum en su pelea por llevarse el MVP, que acabó siendo para el base a modo de colofón de una noche en la que sus triples lejanos fueron una de las pocas cosas que los presentes pudieron disfrutar.
El nuevo formato se confirma así como una idea con un cierto potencial pero que chocó contra el mismo problema de siempre: si los jugadores no ponen interés, no hay formato que valga. Y ahí la NBA puede poner incentivos, pero no tiene la capacidad de hacer a los participantes tomarse verdaderamente en serio un evento en el que no hay nada en juego.
Lo que sí es achacable al formato es la ingente cantidad de pausas, pues dio la sensación de que al tener menos minutos de baloncesto se optó por llenar el evento con mil extras. Ninguno de los cuales es el motivo por el que el aficionado se decide a ver el partido.
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