Madrid.-El Real Madrid recuperó parte de la sonrisa perdida en los últimos partidos gracias a su clara victoria por 4-0 en el Estadio Santiago Bernabéu ante un flojo CA Osasuna, triunfo obligado y de todos modos amargo por las tres lesiones, una de posible gravedad, que sufrió el conjunto madridista antes del descanso.
Triplete de Vinícius Jr, el segundo en apenas menos de dos semanas, y el ansiado gol de Jud Bellingham, medio año después del último, junto a una mejoría en el trabajo colectivo, fueron las buenas noticias para Carlo Ancelotti, que, en cambio, vio como perdía jugadores por lesión sin poder remediarlo. Eder Militao es el que más preocupa por una posible grave lesión de rodilla, mientras que problemas musculares apartaron a Rodrygo Goes y Lucas Vázquez.
Pero a este mal fario se supo sobreponer el equipo local, espeso en su juego hasta el 1-0, y que tampoco encontró la oposición esperada de un conjunto de Vicente Moreno, que ni siquiera le apretó ni trató de aprovechar el estado de ánimo que atraviesa y del que no parece salir Kylian Mbappé, pese a sus intentos en la segunda mitad y el aliento del Bernabéu.
El Real Madrid sacó un buen botín en unos primeros 45 minutos marcados por el mencionado mal fario en lo físico y en los que no estuvo demasiado fino en el juego creativo y ofensivo. Osasuna, que ni tiró a puerta, no le incomodó mucho, con Ante Budimir, Bryan Zaragoza y Aimar Oroz, seguramente sus tres mejores futbolistas, poco participativos, y sin ser lo habitualmente agresivo para poder robar y salir.
A falta de buen futbol, el actual campeón estuvo mucho mejor atrás y con algo más de orden con lo que al menos evitó el murmullo de la grada y pudo dominar desde el inicio, aunque sin ser la apisonadora desbocada que se podía esperar tras las duras derrotas del Clásico y de la última noche de Champions, ambas en el Bernabéu. Se lo tomó con calma, quizá demasiada, y no probó a Sergio Herrera antes casi del cuarto de hora por medio de un lanzamiento lejano de Rodrygo, de vuelta al once, poco antes de que este se lesionase.
Brahim Díaz entró como su relevo, y poco después, nueva mala noticia con el percance, él solo, de Militao. Ancelotti no buscó inventos y metió a uno de los dos centrales que tenía, el canterano Raúl Asencio, que tendría un estreno feliz y siendo posteriormente clave para encarrilar el partido.
Entre tanto infortunio, llegó el 1-0 que desbloqueó el choque. Un balón dividido peleado por Eduardo Camavinga, otra novedad junto a Fran García respecto al AC Milán y cuya energía la notó su equipo, permitió a Bellingham conectar con espacio con Vinícius Jr. El ‘7’, siempre incisivo en todas sus acciones, maniobró bien y batió por el palo corto a Herrera.
El tanto animó algo más a los locales, pero no despertó a su rival, que se vio abajo 2-0 poco después con un medido pase de Asencio desde su campo a un Bellingham que demostró su capacidad para romper desde segunda línea y acabar con su bloqueo ante la portería contrario con sutileza y por encima del portero osasunista para ver puerta como madridista por primera vez desde el pasado 14 de mayo.
El 15 veces campeón de Europa se animó y buscó un tercer tanto ante un Osasuna ‘groggy’ antes de irse a vestidores a reestructurarse para el segundo tiempo, con Luka Modric por Lucas Vázquez, que aguantó mermado el tramo final de primera mitad, y Fede Valverde como lateral. Apoyado en el marcador y en el poco ímpetu visitante, metió una marcha más y fue más reconocible. Incluso Mbappé se desató y fue más incisivo, firmando una gran arrancada desde la izquierda plena de la potencia y el desborde que se le presuponen y que aún no han terminado de aparecer con su nueva camiseta.
Pero fue Vinícius Jr el que cerró el encuentro a la hora con un asistente inesperado. Lunin atrapó un saque de esquina ‘rojillo’ y envió un preciso pase a la carrera del ‘7’, imparable para Jesús Areso y para un Sergio Herrera que, quizá, reculó en exceso y fue desbordado con facilidad por el extremo.
Este culminaría poco después su triplete tras un exceso de confianza de Boyomo en la salida de balón y Ancelotti decidió darle descanso a falta de un cuarto de hora para dar minutos a Arda Güler y a Endrick. Sin embargo, no llegaron más goles, sobre todo el deseado de Mbappé, que sumó su cuarto partido seguido sin marcar, para cerrar una fiesta incompleta.
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