Ciudad de México.-El barrilete cósmico sigue corriendo 30 años después y como aquel domingo, no hay quien frene la embestida de su mítico recuerdo. Tres décadas se han cumplido desde que Diego Armando Maradona convirtió el que es considerado el gol más bonito en la historia de las Copas del Mundo, catalogado como el Gol del Siglo XX.
Corría el minuto 55 de los cuartos de final de la Copa del Mundo de México 86 en el Estadio Azteca. La guerra entre ambos países se palpaba aún tras la disputa de las Islas Malvinas, la rivalidad llegó a la cancha y Maradona la cobró de la manera que mejor podía hacerlo. Gol para la historia.
“Creo que es un gol soñado, no porque lo haya hecho yo”, explicó Maradona y añadió: “dice el negro Enrique que me dejó solo, que me dio un pase y me dejó solo. Me la da lejos del arco, tengo la suerte de encarar y ver a los ingleses que no me podían agarrar, que no podían llegar a la pelota.
“Cuando veo dudar a Fenwick le tiro la pelota adelante y ahí me quiere meter la mano, pero yo venía a 100 por hora, no me paraba nadie. Cuando voy a patear veo a Shilton y me tapa todo el arco, le amago, la juego cortita y queda desparramado, siento una patada de Butcher en la derecha, en el tobillo, pero era tan grande la alegría que no me dolió”, contó Maradona.
Tan grande fue el entonces 2-0 de Maradona que ni con el paso de los años los ingleses se ponen de acuerdo. Para algunos fue una pesadilla, para otros una bendición por haber estado en la cancha del coloso de Santa Úrsula.
“Nunca me voy a olvidar, me levanto sudando en las noches. De noche tengo pesadillas pensando en aquel gol”, dijo Peter Reid.
“Un gol extraordinario, me daban ganas de pararme y aplaudirle. Fue una obra de arte de un jugador extraordinario. Tenerlo ahí y verlo lo sufrimos mucho con Inglaterra, pero presenciar ese gol es lo mejor que he visto en mi vida”, respondió Viv Anderson, quien no jugó ese partido pero vio el gol desde la banca.
En el recuerdo también quedará la mítica narración de Víctor Hugo Morales, esa que le pone sonido a una obra de arte, al mejor gol en la historia de las Copas del Mundo.
