CIUDAD DE MÉXICO.- Estados Unidos tiene la mira puesta en los cárteles del narcotráfico, a quienes por órdenes del presidente Donald Trump busca catalogar, cueste lo cueste, como organizaciones terroristas. Por tierra, mar y aire las fuerzas armadas estadounidenses vigilan a los lejos, en los límites de la frontera con México, los movimientos de estas violentas organizaciones.
Como depredador saboreándose a su presa antes de la caza, el Ejército y Fuerza Aérea estadounidenses han tejido una red de monitoreo y vigilancia desde los cielos con ayuda de equipos de tecnología de punta, incluyendo aeronaves destinadas para la “guerra del futuro”.
Los primeros en sobrevolar la frontera fueron los Boeing P-8 Poseidon de la Armada de Estados Unidos, aeronaves de patrulla marítima especializadas usadas para misiones de guerra antisubmarina, inteligencia, vigilancia y reconocimiento a distancia.
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Estos han sido desplegados principalmente al sur de Texas y Nuevo México, que colindan con los estados de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Chihuahua, pero también se llegaron a ver cerca del Mar de Cortés, de acuerdo con un monitoreo realizado por MILENIO en la plataforma de seguimiento de vuelos en tiempo real Flightradar24.
Es un pájaro, ¡no, es la Fuerza Aérea estadounidense!
Para esta labor de vigilancia ordenada desde la Casa Blanca también se ha echado mano a lo largo de la franja fronteriza del avión espía Lockheed U-2 apodado Lady Dragon, una aeronave de reconocimiento y vigilancia de gran altitud que proporciona imágenes críticas e inteligencia de señales para la toma de decisiones en condiciones de conflicto.
Estas operaciones se han incrementado en los últimos días mientras el gobierno de Estados Unidos se prepara para designar como organizaciones terroristas extranjeras a al menos ocho cárteles de la droga mexicanos a raíz de una orden ejecutiva firmada por el presidente Trump en el inicio de su segundo mandato.
“Hemos aumentado algunas capacidades militares únicas que perseguirán a los cárteles que impulsan la migración ilegal, y eso es principalmente a través de ISR (inteligencia, vigilancia y reconocimiento, por sus siglas en inglés) aéreo para obtener más información sobre ellos y determinar cómo podemos contrarrestar sus acciones”, dijo la semana el general de la Fuerza Aérea Gregory Guillot, jefe del Comando Norte de Estados Unidos.
Con este objetivo, en un hecho sin precedentes, la Fuerza Aérea estadounidense (USAF, por sus siglas en inglés) movilizó a finales de la semana pasada en la frontera circundante con los estados de Sonora, Chihuahua, Coahuila y Nuevo León un Gulfstream EA-37B Compass Call II, aeronave de reciente creación diseñada para “la guerra del futuro” con capacidades de combate electrónico.
Bitácora de viaje
Entregado al Comando de Combate Aéreo del USAF en septiembre del 2023, el Gulfstream EA-37B Compass Call II con matrícula 19-5591 (el primero de un pedido inicial de 10 unidades) realizó el jueves pasado un recorrido de más mil 200 kilómetros, entre las 9:30 y las 12:30 horas, bordeando la frontera con México.
La aeronave despegó desde la base aérea de Davis-Monthan con clave DMA, en Tucson, Arizona, y horas más tarde aterrizó sobre la base aérea de Lackland con clave SKF, en San Antonio, Texas. Al día siguiente, el viernes 14 de febrero, nuevamente el Gulfstream EA-37B tomó vuelo y realizó el mismo recorrido, de acuerdo con registros de Flightradar24.
Usando como base el jet comercial Gulfstream G550, este avión es fabricado por el contratista de defensa L3Harris Technologies y equipado con sistemas de última generación por la empresa BAE systems. Al ser la primera aeronave de este tipo en manos de la Fuerza Aérea estadounidense, el EA-37B Compass Call II entregado en 2023 se usó los primeros meses para realizar pruebas formales combinadas de desarrollo y operación.
A la fecha el Comando de Combate Aéreo de la USAF ha recibido tres de estas unidades, las cuales están destinadas a sustituir a los viejos Lockheed EC-130, en servicio desde la década de los ochenta.
“Mientras la Fuerza Aérea pone fin a su flota de EC-130H de 40 años, el EC-37B de vanguardia permitirá a nuestro cliente continuar cumpliendo su vital misión de guerra electromagnética para las generaciones venideras”, dijo Jason Lambert, presidente de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento de L3Harris, durante la entrega de la aeronave a finales del 2023.
Una freidora flotante de sistemas de comunicación y radares
El EA-37B está equipado con el sistema de armas de ataque electromagnético aerotransportado táctico Compass Call de BAE Systems, que rechaza, debilita e interrumpe los equipos de mando, control, comunicaciones, radares y navegación del adversario para restringir la capacidad de coordinación y respuesta del enemigo.
Bajo un escenario próximo de guerra electrónica, este sistema de armas neutraliza las defensas aéreas enemigas al impedir la transmisión de información esencial entre sensores, sistemas de armas y redes de control, señala la firma en la descripción de su producto.
Por más de 40 años este sistema ha realizado con éxito ataques electromagnéticos de precisión a través de la plataforma EC-130H, y ahora, con su implementación en los Gulfstream G550, fue rediseñado para permitir la rápida inserción de capacidades para contrarrestar sistemas de comunicación complejos y “seguir el ritmo de las tecnologías emergentes utilizadas por los adversarios”.
“El sistema de armas está optimizado para causar estragos en los tomadores de decisiones del adversario. El sistema total proporciona a los combatientes la máxima confianza ahora y en el futuro”, presume el fabricante.
De forma paralela, el sistema Compass Call permite el procesamiento de señales digitales para garantizar el soporte de misiones avanzadas, así como una flexibilidad inigualable para operar en entornos de guerra convencionales e irregulares gracias a su arquitectura modular.
“Estamos a punto de ofrecer una capacidad avanzada, especialmente en combate electrónico”, señaló Kenneth Wilsbach, comandante del Comando de Combate Aéreo, a finales del año pasado durante la entrega de la tercera de estas aeronaves.
La misión Compass Call ha permitido a las fuerzas estadounidenses interrumpir las comunicaciones, radares y sistemas de navegación del enemigo durante más de cuatro décadas.
Compuesta por aviones EC-130H, la flota inicial de Compass Call prestó servicio en todas las operaciones de contingencia importantes de Estados Unidos desde mediados de los ochenta y, hasta hace poco, se desplegó continuamente para apoyar las operaciones del Comando Central en Oriente Medio.
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