Milwaukee.- En la historia de la postemporada de las Grandes Ligas, un déficit de 0-3 en una serie de siete juegos se aproxima a una sentencia definitiva. Sólo uno de los 41 equipos que han enfrentado esa situación logró revertirla. Dodgers se encuentra su hogar al sur de California con la oportunidad de un segundo viaje consecutivo a la Serie Mundial y la posibilidad de convertirse en la primera franquicia bicampeona desde los Yankees de 2000.
Este jueves por la noche, la novena californiana derrotó 3-1 a Brewers en un duelo de pitcheo y un momento de brillantez ofensiva. El punto de inflexión llegó en el cierre del sexto episodio cuando Tommy Edman conectó línea al central para enviar a Will Smith a home. Minutos después, un wild pitch de Abner Uribe permitió a Freddie Freeman timbrar la tercera carrera y consolidar la ventaja.
Todo le está saliendo bien al manager Dave Roberts. Sus abridores siguen marcando el paso y en esta ocasión el relevo mantuvo la pizarra intacta.
Aunque Dodgers no contó con una actuación de larga duración como la de Blake Snell en el Juego 1 o la ruta completa de Yoshinobu Yamamoto, Tyler Glasnow controló a la ofensiva de Milwaukee durante cinco entradas y dos tercios, permitiendo tres hits, una carrera limpia, tres bases por bolas y ponchando a ocho. Con esto, Dodgers se convierte en el primer equipo desde los Tigers de 2013 en registrar ocho aperturas de más de cinco entradas y dos tercios en los primeros nueve juegos de una postemporada.
El primer episodio ofreció un guiño del desenlace con un doblete de Mookie Betts que remolcó a Shohei Ohtani. Milwaukee respondió con un sencillo de Jake Bauers para empatar el encuentro con Caleb Durbin en posición de anotar.
Chourio se lesiona
El encuentro se vio marcado por la salida anticipada de Jackson Chourio, pieza clave de los Brewers, quien sufrió una lesión en el tendón de la corva derecha mientras intentaba completar un turno al bate en la séptima entrada. Milwaukee tenía corredor en posición de anotar y un out. El episodio terminó sin daño para los californianos.
El novato japonés Roki Sasaki sacó los últimos tres outs para el salvamento.
California vuelve a iluminarse con Dodgers en casa. Nunca han logrado un bicampeonato. Ahora están a un triunfo de sumar su segundo viaje consecutivo al clásico de octubre.
Ohtani al montículo
El japonés Shohei Ohtani, el mayor rostro que tiene la industria del beisbol, abrirá el Juego 4 para Dodgers. El manager Dave Roberts declaró que no está preocupado por el conteo de lanzamientos de la estrella de dos vías.
Ohtani ha sido confiable tanto en el montículo como en el plato para los Dodgers durante toda la temporada, sin embargo, ha tenido un bajón durante la postemporada. Su promedio de bateo es de apenas .158 en nueve juegos, ponchándose en 17 ocasiones de 38 turnos.
Toronto revive en Seattle
Antes de abordar el vuelo, los rostros de los peloteros de Toronto tenían el tono de quien carga una despedida. Dos derrotas en casa y una serie que parecía perdida. Pero apenas tocaron Seattle, la piel del equipo cambió. Como si hubieran dejado sus problemas en la frontera, los Blue Jays recordaron que el beisbol aún concede milagros a los que se atreven.
El ambiente en el T-Mobile Park fue un rugido que prometía devorar a cualquiera. Max Scherzer no se inmutó. A los 41 años lanzó como si estuviera firmando un pacto con el tiempo. Cinco entradas y dos tercios bastaron para domar el ímpetu de Mariners y silenciar a una afición que había comenzado la noche como un volcán. Permitió tres hits, dos carreras, cuatro bases por bola y ponchó a cinco. Fue su sexta aparición de postemporada con un equipo distinto, una marca que sólo otros cuatro beisbolistas en la historia han alcanzado. Primera victoria en playoffs desde 2019.
Seattle golpeó primero con un cuadrangular solitario de Josh Naylor, pero Toronto respondió con un rugido colectivo. En el tercer inning, Andrés Giménez sacó la pelota por el jardín derecho y encendió la chispa. Con las almohadllas llenas, Daulton Varsho recibió base por bola para ampliar la ventaja. George Springer firmó un doble que empujón una carrera más. En un abrir y cerrar de ojos, los Blue Jays estaban al mando 4-1 y con el alma encendida.
Una Piedra no tan sólida
Luis Castillo, el as de Mariners, no resistió la embestida. Dos innings, cinco hits, tres carreras y la sensación de que algo se desmoronaba en Seattle.
Toronto no sólo ganó el juego 8-2. Recuperó su identidad.
El dominicano Vladimir Guerrero Jr, despertó de su letargo en Toronto y conectó su quinto cuadrangular de la postemporada.
Ningún equipo ha ganado en su propio campo en esta serie y ahora está garantizado que la historia volverá a escribirse en Toronto. Los Blue Jays se niegan a ser estadística. Saben que los equipos que pierden 0-2 apenas tienen un 16.5 por ciento de posibilidades de ganar una serie, pero también entienden que la pelota muchas veces no obedece a los porcentajes, sino al corazón.
El camino de Seattle hacia su primera Serie Mundial tendrá que pasar por Canadá si quieren seguir soñando. Toronto, mientras tanto, ha encontrado algo más que un triunfo. Encontró su fe, justo al sur de su frontera.
Mantente informado las 24 horas, los 7 días de la semana. Da click en el enlace y descarga nuestra App!















