CIUDAD DE MÉXICO.- Dionisio Simerman dice que a los jóvenes en México les hace falta mucho respeto por la gente mayor. Hace poco lo comprobó en carne propia.

Simerman, quien en octubre cumplirá 60 años, labora desde muy joven como diablero en la Central de Abasto.

Hace algunas semanas estaba trabajando en el pasillo 0-129, el de los ejotes, cuando un muchacho, otro diablero, comenzó a ofenderlo. “Me llegó a ofender. Me dijo chimuelo, pelón, viejo, que ya estaba acabado y me empezó a mentar la madre…”, recuerda Simerman.

El muchacho, de unos 30 años, se abalanzó sin aviso previo contra Simerman, quien se cansó de pedirle que se fuera, para evitar la confrontación. “Yo le decía, ‘ya vete, ya vete’, pero ya ves que la juventud está muy desatada”.

Empezaron a llover golpes entre ambos. Los únicos que parecían hacer blanco eran los del Simerman.

El muchacho, a quien conocían en la central como El Michoacano, no anticipó que el viejo sabría meter las manos.

Cuando era joven, Simerman, de ascendencia alemana, fue impulsado por su abuelo para entrenar boxeo cerca del mercado de Mixcalco, en el centro de ciudad. Simerman no olvidó lo que aprendió.

Otro trabajador de la central grabó el pleito y subió el video a Facebook, donde ha sido reproducido por 16 millones de personas hasta hoy. El responsable de grabar las imágenes bautizó a Simerman como ‘Don ejotes’, por el anden de la central donde ocurrió la pelea.

Al joven rival lo bautizó como el diablero.

EL UNIVERSAL fue a buscar a Simerman a la central, para que contara su historia.