LONDRES.- El Sevilla puede ir echando cuentas sobre qué necesita para terminar tercero, algo que tampoco será sencillo, en un grupo de Champions que se le ha puesto otro año más del revés. Peleó como siempre y como nunca. Con esa grandeza que se resiste a perder, pero que en esta competición no le da para sumar a sus gestas europeas en la Europa League. Otra noche del quiero y no puedo en un curso donde el equipo no está de brazos caídos, ni mucho menos, pero le cuesta horrores sumar victorias. El reto era gigantesco ante una actual potencia europea. Se dejó el Sevilla el alma hasta el último minuto para conseguir un empate que se le resistió. De nada vale pensar que se ha jugado bien, o mejor que hace un mes, si todo cae como arena por la mano. La Champions da la espalda. No hay más. Es la realidad del Sevilla.
El Arsenal mostraba desde los primeros minutos por qué es de los rivales más temidos en Europa en estos momentos. Es cierto que lleva tiempo sin competir en Champions y todo eso suele pesar. Un torneo que está concebido para los grandes clubes y sus mejores estrellas. La derrota ante el Lens de la segunda jornada obligaba a los ingleses a ir de verdad
Y desde el inicio mostraron que llegaban al Sanchez-Pizjuán con las ideas muy claras. Arteta colocaba sus hombres dificultando la posesión de los sevillistas y esa salida que intenta Diego Alonso. Además, el estilo Manchester City, Tomiyasu actuaba en ataque como un centrocampista más, ocupando pasillos interiores y sin marcaje claro. El japonés tenía la primera ocasión. Los extremos gunner llevaban veneno. Y Martinelli tuvo la primera gran ocasión en un mano a mano que desbarató Nyland. Se salvaba el Sevilla, que no había entrado bien al encuentro.
Le costaba maniobrar al cuadro de Diego Alonso. No encontraba como conectar con el centro del campo, siempre en inferioridad ante el bloque del Arsenal. Las bandas eran su única salida. Ocampos remató fuera por poco en el primer palo un clásico pase raso de Jesús Navas. También intentaban los locales dificultar la salida de balón inglesa. Y en una ocasión, pese a lo bien trabajada que la tiene Arteta, conseguía el Sevilla recuperarla, para terminar en una ocasión clarísima sin remate. Centro rápido de Ocampos por dentro a un Lukebakio que estaba solo. Como ya estaba lloviendo, se le escapó el control antes del disparo mano a mano. Se lamentaba todo el Sánchez-Pizjuán. Parecía que las fuerzas se habían igualado. Ni el Arsenal llegaba con claridad, ni tampoco lo hacían los sevillistas, midiendo sus fuerzas en todo el ancho del terreno de juego.
Llegaba un alargue de cuatro minutos por un golpe a Saka en el primer periodo. Y el Sevilla la tenía en pies de En-Nesyri. Nuevo pase raso de Ocampos al jugador en carrera y balón excesivamente cruzado del marroquí, quien tenía a Saliba muy pegado. No era un remate sencillo. En una nueva contra dirigida por Ocampos, con dos regates cortos y excelsos, el Sevilla tuvo la última del primer periodo. No culminó y salía el Arsenal a la contra. Se convirtió en mortal. Gudelj y Soumaré tratan de arrebatarle el balón a Gabriel Jesus en campo del Arsenal, aunque un giro sobre su cuerpo de extrema calidad del brasileño le permite ver a su compañero Martinelli con todo el campo para él. Pase a su compatriota, quien encara a Nyland (que pudo salir y dudó al irse el control algo largo) y se vio superado en el uno contra uno. Mazazo terrible. Justo antes del descanso. Tocaba remar en noche lluviosa y cuyo ambiente se había enfriado por esa última jugada.
El Sevilla lo intenta hasta el final
Gabriel Jesus tenía una primera opción nada más comenzar el segundo periodo, al que el Sevilla salía un poco aturdido por el gol antes del descanso. Nyland no estaba completando mal partido, pero a veces le cuesta tomar la iniciativa dentro del área, donde debe ser el jefe. No pudo hacer nada para detener el segundo tanto del Arsenal, donde Gabriel Jesus volvía a demostrar que es un delantero de primer nivel mundial. Detuvo el tiempo dentro del área, fijando a Jesús Navas y con la línea de fondo cerca. Sólo necesitó una arrancada hacia su puerta buena y balón a la red por arriba al palo largo. Todo se venía abajo. El Arsenal olía la sangre y se iba directo a por el tercero. Diego Alonso metía a dos atacantes y quitaba a uno de sus centrocampistas. A la desesperada. Quedaba más de media hora.
Y el balón parado llegaba para rescatar al Sevilla dentro del partido. Córner que bota Rakitic y cabezazo de Gudellj a la red en el primer palo. Quedaba un mundo. Le sentaba bien al equipo jugar con dos delanteros, más con uno de poderoso remate como Mariano. Mandaba un balón al larguero a la media vuelta, aunque la jugada estaba anulada por mano en el control. Tomaban increíbles riesgos los andaluces, que caminaban sobre el filo de la navaja. Diego Alonso seguía moviendo piezas por el cansancio de sus jugadores, con dos esfuerzos muy seguidos, como Jesús Navas. Llegaba el encuentro a esos diez minutos cruciales.
No la tuvo el Sevilla. O sólo en un error de David Raya en un despeje, que cerca estuvo de colarla en su portería el portero del Arsenal. Lo intentó pero sin golpear. Le faltaba ese último pase que ya no tenía con Navas fuera y con Suso en el banquillo. Para rematar en el área hace falta un buen centro. Un Sevilla que va aunque le peguen, como dice su entrenador, pero todavía le endiñan demasiado. No posee ese poderío Champions para darle la vuelta a un resultado adverso. Y pasar a octavos se ha convertido en un pequeña quimera. Todo lo que le entrega la Europa League se lo arrebata la Champions. Un historia cíclica.
Mantente informado las 24 horas, los 7 días de la semana. Da click en el enlace y descarga nuestra App!