Día Mundial del Ahorro de Energía

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Ahorro de Energía

El 21 de octubre se celebra el día mundial del ahorro energético, el objetivo de esta causa es el de concientizar a toda la sociedad acerca del uso de la electricidad, al hacer uso adecuado de los recursos energéticos sin comprometer la calidad de vida de las generaciones futuras, la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana, registró AIM.

Por estos motivos, nace el día mundial del ahorro energético para reflexionar sobre los hábitos del ser humano en el uso de los mismos. Con el objetivo de fomentar activamente la sensibilización ciudadana sobre el futuro energético y la responsabilidad que genera el contribuir de forma positiva al cambio climático.

Nuestra vivienda es un lugar en el que realizamos múltiples actividades, y en ella pasamos mucho tiempo a lo largo de la semana, y en especial el fin de semana, de ahí que tengamos que prestar una mayor atención a los pequeños detalles para ahorrar energía.

La energía eléctrica, el gas y el agua subieron sus tarifas en todo el país, pero en Argentina aún no existe conciencia de ahorro energético, de no dilapidar los recursos que produce el modo de vida moderno. Sin embargo, es necesario cambiar hábitos y aprender a consumir menos.

Ejercitar el ahorro de energía puede ser saludable sobre todo porque nos haría ver qué poco se perdería renunciando a cosas superfluas o innecesarias, que gracias a la publicidad aparecen como indispensables.

Cada uno en su casa puede ahorrar recursos no renovables que se usan para producir energía: una lámpara fluorescente consume el 20 por ciento que otra a filamento que produzca la misma iluminación.

Un lavarropas de bajo consumo, esos que ponen el motor en marcha a intervalos muy breves, implica un gasto que es la mitad que el de un lavarropas común.

Una heladera de bajo consumo gasta hasta el 80 por ciento menos. La aislación correcta de paredes, techos y ventanas disminuye el gasto de calefacción hasta el 80 por ciento.

El conocido procedimiento de tender la ropa al sol y al viento no implica ningún consumo de energía que no sea la del sol o el viento.

El sol y el viento son las fuentes de energía más a mano, pero seguimos quemando petróleo “como un inquilino que arrojara al fuego la cerca del jardín para calentarse”, dijo Tomás Alba Edison.

El uso de papel reciclado disminuye el empleo de energía a la mitad.

Tapar la cacerola y regular la llama disminuye el consumo al 20 por ciento. Hay que considerar que es la temperatura la que cocina los alimentos, por lo que una vez que el agua hierve y permanece a 100 grados, que es su temperatura invariable de ebullición, es inútil aumentar el tamaño de la llama. Así solo se conseguirá transformar el agua en vapor más rápido, pero no aumentar la velocidad de cocción.

Subir un grado la temperatura del termostato de la heladera disminuye el cinco por ciento del gasto de energía.

Los calentadores solares de agua con apoyo de gas natural disminuyen el consumo el 60 por ciento. Los ventiladores de techo consumen el dos por ciento de la energía de un acondicionador de aire.

Viajar en colectivo y no en automóvil implica ahorrar el 80 por ciento de energía. Conducir el auto a 90 kilómetros por hora en lugar de a 110 baja el gasto de combustible el 20 por ciento. Usar un auto chico en lugar de uno grande bajo el consumo casi a la mitad. Y tomar la precaución, útil también para la seguridad, de inflar los neumáticos correctamente, merma el consumo el 10 por ciento.

La plancha es uno de los electrodomésticos que más energía consume y genera además un aumento de la temperatura ambiente. No planchar una camisa equivale a plantar siete árboles y a absorber el dióxido de carbono de siete automóviles. Además se genera el oxígeno que necesita una persona durante ocho horas y se evita la emisión del dióxido de carbono de tres personas.

Además del dinero que se cuida, ahorrar energía tiene ventajas adicionales para el medio ambiente, pues con ello evitamos: lluvias ácidas, mareas negras, contaminación del aire, residuos radiactivos, riesgo de accidentes nucleares, proliferación de armas atómicas, destrucción de bosques, devastación de parajes naturales, desertificación.

En este listado que transcribimos a continuación se pueden leer consejos que colaboran con tal objetivo. En todos los ámbitos, en cada lugar que estemos podemos sumar.

Edificación de la vivienda

Los estudios realizados señalan que las medidas pasivas de ahorro de energía, como el aislamiento, la orientación, el tamaño de las ventanas, etc. pueden suponer un ahorro energético de hasta el 60 por ciento de lo que consume un edificio normal.

Al instalar un sistema de calefacción y/o agua caliente, descarta la eléctrica: es la más derrochadora de energía ¡y la más cara! Los mejores sistemas son, por este orden: solar, biogás o biomasa, leña, gas natural, gas propano, butano o ciudad. Instala un termostato en la calefacción, y regúlalo para temperaturas no excesivamente altas (18 – 20º C en invierno).

Utiliza pintura blanca o de colores claros y brillantes para techos, paredes y muebles reflejan y distribuyen mejor la luz.

Electrodomésticos

Apaga definitivamente los electrodomésticos cuando no vayan a ser usados, ya que en el estado de espera (standby) gasta en torno a un 30 por ciento del consumo a pleno funcionamiento, lo que implica que si están mucho tiempo en espera gastarán más que el propio tiempo que han estado funcionando.

En referencia al frigorífico, no metas cosas calientes en el frigorífico ni en el congelador. No coloques el frigorífico cerca de fuentes de calor (horno, hornilla, ventana donde dé el sol…). Abre las puertas de la nevera /congelador el menor tiempo posible. Verifica que cierran bien. No obstruyas la ventilación de las rejillas de atrás del frigorífico. Mantenlas limpias de polvo.

El ahorra de energía doméstico es tan simple como generar un hábito diario.

La plancha, como ya dijimos, es uno de los electrodomésticos que más consume, 20 veces más que el televisor.

Con la lavadora o lavavajillas espera a llenarlos completamente antes de ponerlos en marcha. Disminuye la temperatura del agua en el lavado. Se ahorra más agua con un lavavajillas a plena carga que manualmente.

Agua

Otro de los recursos indispensables para la vida y que se malgasta a diario es el agua.

Para ahorrarla se pueden tener en cuenta aspectos tales como: en el caso del calentador de agua, regula la llama a la temperatura adecuada o sitúa el termostato entre 55 – 60º C; así evitarás calentar primero el agua y luego volver a enfriarla mezclándola con agua fría.

No abras y cierres muchas veces el grifo del agua caliente: procura aclarar los cacharros de una sola vez, ya que parte de la energía se gasta en volver a calentar las tuberías.

Cierra la canilla mientras te lavas los dientes o te afeitas. Dúchate en vez de bañarte, ya que se reduce el tiempo que el grifo permanece abierto. Coloca en cada canilla un filtro (aireador) para ahorro de agua.

Transportes

Según las previsiones actuales, el 71 por ciento de la demanda final de petróleo en el año 2020 procederá del sector de los transportes, el 7 por ciento de la industria, el 8 por ciento del sector de servicios, y el 14 por ciento de los particulares.

La menor forma de ahorrar es no utilizar el vehículo propio si hay alternativas (transporte público, compartir vehículo, trayectos cortos).

En recorridos inferiores a los 10km tu vehículo puede alcanzar los 20 litros/100 km, más del doble que en carretera. Con el motor en frío el gasto se incrementa en un 50 por ciento.

En épocas de calor es preferible poner el aire acondicionado que llevar abiertas las ventanas.

La utilización de las bacas para llevar objetos en la parte exterior aumenta un 20 por ciento el consumo, al romper la aerodinámica propia del vehículo.

Iluminación

Aprovecha la luz del día y apaga las luces al salir de las habitaciones. Quita el polvo de las bombillas cada cierto tiempo. Con ello aprovecharás toda la luz que te proporciona la bombilla.

Instala bombillas fluorescentes compactas en lugar de las habituales bombillas incandescentes, al menos en los lugares donde más tiempo se utilizan. Duran 10 veces más y consumen 4 veces menos. Las lámparas fluorescentes sólo gastan al encenderse, por lo que no se deberán situar en localizaciones donde se enciendan y apaguen reiteradamente.

Las bombillas incandescentes (las de toda la vida) gastan 4 veces más que los fluorescentes compactas y duran 10 veces menos.

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