Dos hombres fueron detenidos por la policía de Rio de Janeiro este lunes mientras sigue la búsqueda de otros cuatro sospechosos de participar en la violación colectiva a una adolescente hace nueve días en una favela, que fue filmada y publicada en internet.
La operación policial con mandatos de prisión, búsqueda y aprehensión ya detuvo a Lucas Perdomo Duarte Santos, de 20 años, futbolista amateur y quien sería novio de la víctima, así como a Raí de Souza, de 22, que ha reconocido ser el autor del video que mostraba a la joven aparentemente inconsciente, desnuda y sobre una cama.
Ambos ya están bajo custodia de las autoridades mientras sigue la búsqueda de los otros cuatro sospechosos, entre ellos un jefe narcotraficante de la favela de la zona oeste de Rio donde se cometió la agresión el 21 de mayo, informó la policía.
De Souza se presentó ante la policía mientras que Perdomo fue detenido en un restaurante de la ciudad que acogerá los Juegos Olímpicos en agosto.
“Mi convicción es que hubo violación. Está en el video, que muestra a un joven manipulando a la muchacha”, afirmó este lunes en rueda de prensa Cristiana Bento, responsable del departamento policial de niños y adolescentes de Rio.
“Lo que ahora quiero es verificar la extensión de esto y saber cuántas personas participaron del crimen, si fueron cinco, diez o treinta”, añadió, al tiempo que precisó que todos los buscados son considerados “fugitivos”.
Según la delegada policial, hay indicios “suficientes” para pedir la prisión preventiva de los sospechosos.
Bento reemplazó el domingo a la cabeza de la investigación al comisario Alessandro Thiers a pedido de la ahora exabogada de la víctima, que lo acusó de ser “misógino” y “machista”.
“Investigamos para saber si ella dio consentimiento, si estaba drogada y si los hechos realmente ocurrieron”, había declarado el viernes este comisario que, según la abogada, le preguntó a la adolescente durante el interrogatorio “si ella tenía la costumbre de participar de orgías”.
La difusión en Twitter del video que mostraba a la joven de 16 años acostada en una cama con sus partes íntimas sangrantes y expuestas, rodeada por hombres que aseguraban en tono de burla que “más de treinta” la habían violado, suscitó indignación en todo el país.
Tanto el presidente interino, Michel Temer, como la mandataria suspendida Dilma Rousseff condenaron el crimen a la vez que una ola de repudio estalló en las redes sociales.
En Brasil, la legislación sobre violación -modificada en 2009- contempla que este crimen no sólo se perpetra a través de una “unión carnal”, sino también por otros “actos libidinosos”.
De acuerdo a la comisaria Bento, la joven sólo denunció la agresión “después de la difusión del video”.
“Los traficantes entran en las casas y violan a las adolescentes. Ellos no admiten que otros lo hagan, pero ellos sí lo hacen. Las jóvenes no hablan por miedo a los narcotraficantes. Esta adolescente tiene miedo y eso no facilita la investigación”, subrayó la delegada.
La joven estuvo desaparecida unos días tras la agresión, antes de reunirse con su familia. Más tarde fue conducida a un hospital para recibir tratamiento contra enfermedades de transmisión sexual y recuperarse de las heridas.
“Cinco días después de los hechos es difícil encontrar pruebas. Después de 72 horas los espermatozoides se destruyen” y como la víctima “no era virgen y ya tenía un hijo, el examen médico no puede determinar si una o diez personas han participado”, explicó Adriane Rego, experta del Instituto Médico Legal, presente en la rueda de prensa. “Pero el hecho de no hallar pruebas no significa que no haya crimen”, afirmó.
Durante el fin de semana, 70 agentes realizaron una operación en la favela del oeste de Rio donde supuestamente ocurrió el crimen y arrestaron a un sospechoso, quien fue liberado horas después. Otros dos jóvenes ya habían sido interrogados.
Desde el viernes, cientos de manifestantes salieron en varias ciudades de Brasil a mostrar su rechazo contra el crimen y la violencia hacia la mujer en el gigante sudamericano, donde en 2014 se registró una agresión sexual cada 11 minutos, según datos recopilados por la ONG brasileña Foro de Seguridad Pública.