NUEVO LAREDO.- A una semana que falleciera un hombre en el quiosco de la Plaza Insurgentes a causa de una congestión alcohólica y frío, aún persisten siete personas improvisaron una habitación y allí duermen, evadiendo los albergues.
En su mayoría son hombres deportados de Estados Unidos, algunos de ellos del Centroamérica que colgaron cobijas en pleno quiosco para mitigar el frío.
Aunque prefieren mantenerse en el anonimato y no dar la cara en entrevista, señalan sentirse mejor pasar los días en la plaza pública que en un refugio, ya que nadie los molesta.
Lo cierto es que en dicho lugar, se sienten libres de tomar cualquier tipo de bebidas, por ello que prefieren quedarse en ese lugar, donde cada lunes, jueves y sábado, hay quienes les llevan comida y agua, hasta mismos familiares del Hospital General ya los conocen y en ocasiones piden que lleven recados a personas internadas.
Comentaron que deben turnarse para dormir, pues al estar expuestos en la intemperie deben cuidar las pocas pertenencias que llevan, pues ya les han robado en diferentes ocasiones.
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