ESTADOS UNIDOS.- Este sábado, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) publicó un comunicado con seis pasos para abordar la crisis migratoria en Del Río, Texas, donde miles de indocumentados esperan ser procesados.
Más de 10 mil personas, mayoritariamente de Haití, acampaban bajo un puente en la frontera sur de Estados Unidos, una crisis humanitaria que pone en aprietos al gobierno de Joe Biden.
Primero: Para hacer frente a esta situación, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) enviará 400 agentes y funcionarios adicionales al sector de Del Río con el objetivo de gestionar las solicitudes de asilo con mayor velocidad.
Segundo: La CBP y la Guardia Costera se han coordinado en las últimas horas para trasladar a personas que están acampando en Del Río a otros pasos de entrada al país, como el de Eagle Pass, a unos 100 kilómetros. Sólo este viernes trasladaron a 2 mil migrantes, según el propio DHS.
Tercero: Las autoridades indicaron que añadirán “transporte adicional para acelerar el ritmo (de vuelos) e incrementar la capacidad” de traslado “hacia Haití y otros destinos en las próximas 72 horas”.
Ya se realizaban “expulsiones y vuelos hacia Haití, México y Ecuador, así como (hacia) los países del Triángulo Norte” de Centroamérica, Honduras, El Salvador y Guatemala, añadieron.
Cuarto: El gobierno trabajará con los países de origen y tránsito del fenómeno para aceptar migrantes. “Los vuelos de expulsión se reanudaron después de una evaluación de que las condiciones del país mejoraron lo suficiente como para que el país pudiera recibir vuelos entrantes”, dijo un funcionario del DHS.
Stephen Miller, el principal arquitecto de las políticas de línea dura del expresidente Donald Trump y crítico frecuente de la administración Biden, expresó sus dudas de que el gobierno de Haití acepte la cantidad de vuelos para una operación a gran escala. El año pasado relató llamadas diarias con funcionarios del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre la resistencia de Haití a los vuelos, y Haití cedió sólo bajo la amenaza de sanciones.
Quinto: Mejorar la atención humanitaria a los indocumentados que esperan sus procesos. Los guardias fronterizos aseguran haber distribuido agua potable, toallas y dispuesto baños portátiles para los migrantes.
Sexto: El gobierno de Biden ordenó que se trabaje con la administración de Haití y también con las gestiones regionales para brindar asistencia y apoyo a los repatriados.
La estrategia también incluye convencer a los países de donde proceden los migrantes o residen en ellos para que los lleven de regreso y brinden asistencia a los deportados, dijo el DHS.
El viernes, el alcalde demócrata, Bruno Lozano, que espera miles de llegadas más, declaró el estado de emergencia y cerró el puente al tráfico.
“Las circunstancias extremas exigen respuestas extremas”, declaró al diario Texas Tribune. “Hay mujeres que dan a luz, personas que se desmayan por la temperatura, son un poco agresivas y eso es normal después de todos estos días de calor”, remarcó.
El sábado, el jerarca local explicó que recibe más medios económicos para ocuparse de la crisis.
“La inmigración clandestina representa una amenaza importante para la salud y el bienestar de los habitantes cercanos a la frontera y para la vida de los migrantes”, añadió el DHS.
La CBP ya había indicado que una vez atendidos, “la gran mayoría de los adultos que llegan solos y muchas familias continuarán siendo expulsados bajo el Título 42”, una normativa de salud adoptada al inicio de la pandemia para frenar la propagación del coronavirus.
“Quienes no puedan ser expulsados bajo el Título 42 y no tengan una base legal para permanecer serán colocados en procedimientos de deportación acelerados”, aseguró.
Un juez federal ordenó, sin embargo, el jueves al gobierno no expulsar a las familias en este contexto, lo que podría complicar la tarea de las autoridades, enfrentadas desde hace meses a flujos migratorios récord en la frontera con México. La administración Biden apeló la decisión el viernes.
A través de la Región del Darién
Se cree que muchos de los haitianos que llegaron a suelo estadounidense vivieron en Brasil, Chile y otros países sudamericanos antes de decidir viajar hacia el norte durante la pandemia de coronavirus, que ha devastado las economías de la región.
Antes de atravesar Centroamérica, muchos haitianos emprenden un traicionero viaje a través de la Región del Darién, una región selvática sin caminos cerca de la frontera de Panamá con Colombia.
En julio, el último mes con estadísticas disponibles, las autoridades migratorias de Panamá registraron el encuentro de 14 mil 511 migrantes haitianos que cruzaron el Darién, la mayor cantidad de cualquier nacionalidad. Eso marcó un aumento de 176% desde junio.
Aproximadamente 87% de los más de 29 mil haitianos que ingresaron a la custodia fronteriza de EU, en los últimos 11 meses han sido procesados bajo las leyes de inmigración y se les ha permitido buscar asilo, principalmente porque México no acepta su regreso bajo la política del Título 42, indicó CBS News.
Más de 1.3 millones de personas han sido detenidas en la frontera con México desde la llegada de Biden a la Casa Blanca en enero de 2020, un nivel no visto en 20 años. De ellas, unas 596 mil provenían de El Salvador, Guatemala y Honduras, y más de 464 mil, de México.
La oposición republicana acusa desde hace meses a Biden de haber provocado una “crisis migratoria” al flexibilizar las medidas de su antecesor Donald Trump, quien había hecho de la lucha contra la inmigración ilegal uno de los caballitos de batalla de su gobierno.
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