ALTAMIRA, TAMAULIPAS.- Se quedaron sin clases 600 niños de educación especial en la zona sur, pues profesores suspendieron labores por estar inconformes debido a que la Secretaría de Educación en Tamaulipas no interviene para recuperar el Centro de Atención Múltiple (CAM), ubicado en el fraccionamiento San Jacinto de Altamira, que tiene cinco meses tomado por padres de familia y al frente una directora que no acreditó su evaluación.
Los docentes anunciaron que es un paro laboral y no lo van a levantar hasta que no se resuelva el problema.
Desde las ocho de la mañana todos los profesores que integran la Supervisión Escolar número 18, de Educación Especial, pararon labores, lo que incluye tres planteles y todos los profesores que están en escuelas integradoras.
En total pararon tres Centros de Atención Múltiple y 55 profesores de base que laboran en escuelas incluyentes, y se quedaron sin clases 600 menores con capacidades especiales, y así seguirán hasta que no intervenga la Secretaría de Educación.
Los padres de familia está apoyando a los profesores, pues el CAM de San Jacinto debe fungir como una secundaria pero está laborando como primaria y eso va a limitar la instrucción de 50 alumnos que están por salir.
“Los compañeros que conforman el Nivel de Educación Especial en el estado de Tamaulipas y a nivel nacional, padres de familia y autoridades, este martes 7 de febrero declaramos en paro nuestra zona, como último recurso para que nuestra petición se cumpla, el derecho laboral sea escuchado”, explicó Lizbeth Cruz Rodríguez, profesora que fue nombrada como directora del CAM de San Jacinto pero nunca pudo tomar el cargo, pues presuntamente Edna Rivera López, que supuestamente reprobó su evaluación docente, no dejó la dirección y es apoyada por los padres de familia.
“La compañera Lizbeth Cruz Rodríguez, obtuvo el segundo lugar en el concurso de oposición para ocupar una dirección recibiendo el nombramiento para obtener dicho puesto en el CAM 61Z de Altamira. Al presentarse en la escuela la maestra se encontró con el bloqueo de un grupo de padres de familia que le impidieron entrar, y después de varios intentos sin éxito por parte de las autoridades educativas locales y del Departamento de Educación Especial, para lograr que tomara posesión la compañera terminó por renunciar al puesto que por derecho le correspondía, ya que además de bloquear la escuela, fue víctima de agresiones verbales y amenazas constantes”, dieron a conocer los profesores que la apoyan.
Tras la renuncia de la directora propietaria, la Secretaría de Educación envió a otra profesora, Sandra García Morante, que pasó por la misma situación y no pudo tomar el cargo, ahora ambas maestras y otro profesor involucrado de nombre Rubén Ramos Almazán, deben ser resguardados en las instalaciones de la Supervisión número 18 para realizar su trabajo, pues han sido amenazados. La situación lleva cinco meses y hay alumnos que acuden a recibir clases pero no están inscritos ante la SET.
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