Con el Doctor Ramón Durón Ruiz se va el último mecenas de los victorenses, virtuoso caballero de la política, servidor público extraordinario, defensor de los pobres y un priista que jamás se corrompió.

La capilla C de Funerales del Refugio estaba lista para recibir el cuerpo de El filósofo de Güemez, acaecido en un accidente de carretera a los 59 años de edad.

Eran las 14:30 horas cuando avisaron que la carroza fúnebre se retrasaría unas horas más. Llegó poco antes de las 18:00 horas.

Los arreglos florales de parte de la clase política tamaulipeca, del gobernador y su esposa, de ex gobernadores, del Procurador de Justicia, de su partido político al que guardó fidelidad hasta la muerte, llegaron desde temprana hora a la capilla.

De hecho no alcanzaron las flores de Ciudad Victoria para despedir a Durón Ruiz: las florerías reportaron agotado el inventario y hasta hoy llegarían más.

Consternado por la muerte inesperada de quien fuera su contemporáneo en el ámbito político, el Doctor Tito Reséndez habla del filósofo de Güémez.

“Aunque había una diferencia de edades para ser amigos, Ramón fue inteligente para vencer esas diferencias y nos llevábamos muy bien. Yo fui quien le entrega la alcaldía en 1990, se la dejo sin ninguna deuda, y cuando sale él lo hace de la misma manera con su sucesor. No es porque esté ahora así… porque ha muerto… no supe de actos de corrupción de su parte”.

El legado en obra pública que deja Ramón Durón a los victorenses es el bulevar Hombres Ilustres, la plaza comercial San Marcos, el Centro de convivencia de Tamatán y fundó la casa del Estudiante, lugar que apoyaba a jóvenes de escasos recursos no sólo de Victoria sino de otros estados del país, como Veracruz y San Luis Potosí.

“Él provenía de la clase media, estudió primero para maestro de banquillo o primaria, luego estudia la Normal Superior, termina también la Carrera de Leyes y hace el Doctorado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tenía una memoria extraordinaria”.

En ese lapso, mientras realiza los estudios del Doctorado, al ex alcalde victorense se le ocurre darle voz al filósofo de Güémez, un personaje ficticio que con los “dichos” del pueblo escribe el libro que lo llevaría a crear la gran industria del filósofo, misma que se extiende por todo el país a través de conferencias, agendas, libros y demás.

Un hombre multifacético, que nunca se alejó de la política, incluso seguía ayudando a los más desprotegidos. Su gran preocupación siempre fueron los niños y jóvenes, debido al camino que él mismo había recorrido, de necesidades y carencias.

Uno de sus grandes protectores en su época de estudiante adolescente fue el Padre David Martínez Reyna, junto a quien después se dan a la tarea de construir una capilla cerca del ISSSTE en Victoria. Ramón quería que las personas contaran con un sitio para rezar por sus enfermos.

El Doctor Ramón Durón también tenía la virtud de desempeñar con excelencia el trabajo que se le encomendara. Incluso cuando se desempeñó como Procurador de Justicia en el Estado.

“Fue procurador, Secretario particular de un gobernador, Secretario del Partido, Diputado Local, un hombre bondadoso, que a donde lo ponían, en cualquier puesto, hacía las cosas bien. También fue fiel a su partido, el PRI, hasta la muerte. Sinceramente el hueco que deja es muy grande”, dice el Doctor Tito Reséndez.

La conocida cantante victorense Sarita Vargas llegó también junto con su esposo a despedir a su gran amigo.

“Estamos muy consternados por la noticia, mi hijo Roberto que también es cantante no lo podía creer cuando le avisé, su esposa Chacha y él han sido grandes amistades para la familia, hace un mes me hizo una entrevista para su programa “Con permiso”.

Para Sarita Vargas uno de los máximos exponentes de la canción vernácula en Tamaulipas se va, un excelente servidor público, el mejor de los alcaldes victorenses, que siempre mostró apoyo para sus actividades artísticas y las de su familia.

“Estamos muy tristes, porque se fue un caballero, un buen amigo, un político extraordinario y el gran personaje del Filósofo de Güémez que anduvo por todo el país dando a conocer nuestra cultura a través de esos dichos”, finaliza Sarita Vargas.