Cultura para todos, en los museos de Bogotá

En Jueves Santo, el día de asueto más importante de la Semana Santa para los bogotanos, el museo luce repleto

0
945
Cultura para todos, en los museos de Bogotá / Foto: Agencia

El Museo Botero es, para los bogatanos, una joya nacional porque es el recinto que ha permitido que en esta ciudad puedan verse gratuitamente obras de Fernando Botero, uno de los pintores por excelencia de Colombia, y piezas de artistas como Miquel Barceló, Marc Chagall, Alexander Calder, Salvador Dalí, Giorgio de Chirico, Edgar Degas, Pablo Picasso y Rufino Tamayo.

Pintores que, según los habitantes de esta ciudad, no podrían verse con frecuencia. La historia de este recinto ubicado en el centro de la capital colombiana es conocida por la mayoría: Botero donó al Banco de la República una colección con 208 obras, 123 de su propia autoría y 85 de artistas internacionales, con la condición de que la entrada fuera abierta al público.

Con la donación, el Banco de la República decidió acondicionar y restaurar una casona colonial que funcionó hasta 1955 como Arzobispado de la ciudad, para albergar las colecciones con curaduría del propio Botero. Desde el 1 de noviembre de 2000 la colección ha estado a disposición del público y, según cifras del recinto, recibe 500 mil visitantes al año.

En Jueves Santo, el día de asueto más importante de la Semana Santa para los bogotanos, el museo luce repleto. En este recinto es posible tomar fotografías sin flash. El fenómeno del autorretrato con el celular se produce una y otra vez, minuto a minuto. La pose colectiva frente a obras emblemáticas de Botero como la Monalisa es casi otra pieza del museo.

El murmullo callejero se cuela al recinto y se suma al alboroto que provoca estar frente a cualquiera de las cinco obras de Picasso, la favorita, por la fila que se hace para tomarle una imagen, es Cráneo de cabra, de 1952, la más intensa del artista español; y El hombre sentado con pipa, de 1969.

Dentro del circuito histórico también está el Museo del Oro del Banco de la República, cuya misión es preservar, investigar, catalogar y dar a conocer sus colecciones arqueológicas de orfebrería, cerámica, lítico y otros materiales, cuya pieza más representativa es un pomporo quimbaya, objeto de orfebrería prehispánica, que compró el Banco en 1939 y dio origen a la colección del museo.

Las exposiciones se renovaron totalmente en 2008, en un edificio ampliado y de moderna arquitectura. Según los bogotanos, es uno de los más visitados porque permite conocer la historia del oro y otros metales entre las sociedades prehispánicas del actual territorio de Colombia.

El trabajo de los metales describe las técnicas de minería y manufactura de la metalurgia antigua, la gente y el oro en Colombia, así como el uso y contexto de los metales dentro de la organización política y religiosa; la cosmología y simbolismo que exploran los temas míticos, el chamanismo y la simbología de los metales; las ofrendas y sus ceremonias.

La brillantez del oro resulta fascinante para los habitantes de esta ciudad. “Entre más objetos de oro, más importantes eran las personas”, cuenta un guía.

La Semana Santa también ha coincidido con el cierre del Festival Iberoamericano de Teatro el próximo domingo, que este año llega a su XV edición y que ha reunido a lo largo de dos semanas a 100 directores, 3 mil 650 actores de 32 naciones, con México como país invitado.

De México se han presentado 10 puestas en escena y una de danza, como Baños Roma, El círculo de cal, Memorias de dos hijos caracol, Mendoza, Misa fronteriza, Tristán e Isolda, Una Luna para los malnacidos, Pequeños territorios en reconstrucción, Diez mil cosas, Las burbujas urbanas y Zaicocirco, así como el Ballet Folclórico de la Universidad de Guadalajara.