Cuestionan presentación de informe

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WASHINGTON.- El gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presentó ayer con una discreción poco habitual su informe anual de derechos humanos, que se limita a exponer la situación en el mundo, pero no señala a ningún grupo de países en situación más preocupante.

“El informe habla por sí solo”, dijo una funcionaria no identificada en una llamada con la prensa, la cual insistía en conocer las razones por las que el nuevo secretario de Estado, Rex Tillerson, se ha desvinculado del documento y no lo presentó en rueda de prensa como era habitual en el anterior gobierno de Barack Obama. Se limitó a firmar un prefacio de una página y media.

El Ejecutivo estadounidense argumentó que no se enumeró la lista de países con el peor historial de derechos humanos en 2016, porque “la situación general es muy diversa.

“Hay actores estatales y no estatales que han intentado suprimir derechos, y gobiernos que han suprimido libertades individuales (…) Los temas constantes siguen siendo los abusos de fuerzas de seguridad, la corrupción y la discriminación de minorías, especialmente de los inmigrantes”, indicó.

El informe vuelve a exponer violaciones muy graves de derechos humanos en países en conflicto como Siria, Libia, Irak, Yemen, Afganistán o Sudán.

El informe es especialmente crítico con las violaciones en libertad de expresión, política y hacia minorías de Rusia, así como con las “ejecuciones extrajudiciales” en Filipinas y también cuestiona la situación en Irán y Corea del Norte.

Mientras que en Latinoamérica señala como “autoritarios” a Cuba, Nicaragua y Venezuela, debido a la ausencia de libertad política, la represión contra las voces disidentes y la falta de independencia del poder Legislativo o Judicial.

En el caso de Argentina recoge la preocupación de entidades de derechos humanos del país sudamericano con la detención de la activista Milagro Sala, sin formular recomendación alguna.

El bajo perfil de la presentación del informe, que sirve al Congreso para determinar las preferencias en asistencia al exterior, ha sido criticado por el senador republicano Marco Rubio, quien pidió a Tillerson que reconsidere su decisión de mantenerse al margen. En su audiencia de confirmación, Tillerson aseguró que daría gran importancia al respeto de los derechos humanos, pero que la política exterior no “sólo se conduce por consideraciones de derechos humanos”.

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