Nueva York. Frida Kahlo recuperó el récord para una obra de arte latinoamericana en subasta el jueves, cuando su cuadro Dos desnudos en el bosque (La tierra misma) se vendió por más de 8 millones de dólares.
La venta de la obra por 8 millones cinco mil dólares en la subasta de arte moderno e impresionista de la casa Christie’s en Nueva York colocó nuevamente a la artista en el primer lugar, del que fue desplazada en el 2008 cuando Trovador de Rufino Tamayo facturó 7.2 millones de dólares. La marca previa, impuesta por Kahlo en 2006 con Raíces, era de 5,6 millones de dólares.
Dos desnudos en el bosque, de tan sólo 30 centímetros de ancho por 25 de largo (casi 12 por 10 pulgadas), muestra a dos mujeres desnudas descansando en un bosque. La artista le obsequió la obra de 1939 a su compatriota Dolores del Río, una de las primeras actrices latinoamericanas que triunfó en Hollywood.
“Creo que es una de las pinturas más personales de Kahlo porque es muy poética y la sutileza del cuadro es maravillosa”, dijo Virgilio Garza, director del departamento de arte latinoamericano en Christie’s, en una entrevista reciente con The Associated Press. “Otros cuadros suyos son mucho más expresivos y emotivos. Este es más sutil y discreto pero al mismo tiempo hay muchos elementos simbólicos que lo hacen trascendente”.
La pintura había sido descrita por la rematadora como “exquisitamente surrealista” porque la escena parece sacada de un sueño.
Kahlo la pintó sobre metal, lo que recuerda a la tradición de los antiguos votos u ofrendas ofrecidas a un santo o una divinidad como agradecimiento por algo y que a menudo eran obras pintadas sobre metal, explicó Garza.
La obra fue expuesta por última vez en el Jardín Botánico de Nueva York el año pasado.
Tras la muerte de Del Río, el cuadro pasó a manos de su marido, el estadounidense Lewis Riley. Fue subastado por Christie’s en 1989 y adquirido por la coleccionista Mary-Anne Martin, quien se lo vendió a un comprador no identificado. El nombre del nuevo dueño tampoco fue revelado de inmediato.
Kahlo, quien falleció en 1954, se hizo famosa por sus conmovedores autorretratos. Su vida estuvo marcada por varios hechos trágicos: de niña padeció poliomielitis, luego tuvo un accidente de tránsito que le lesionó la columna y la pelvis, y más tarde perdió un embarazo.