ESTADOS UNIDOS.- En la actualidad son seis los más famosos, desde Steve Jobs y Bill Gates, hasta Mark Zuckerberg y Elon Musk; se trata de los llamados Cryptobros o emprendedores tecnológicos que han cambiado al mundo, siendo influencias de la mayoría de los gobiernos.
Llama a su idea el Estado red: naciones emergentes.
“Creamos nuevas empresas, como Google; creamos nuevas comunidades como Facebook; creamos nuevas monedas como Bitcoin y Ethereum; ¿podemos crear nuevos países?”, planteó Balaji Srinivasan, una estrella en el mundo de las criptomonedas.
Se trata de un tipo de emprendedor tecnológico e inversor que piensa que prácticamente todo lo que los gobiernos hacen actualmente, la tecnología puede hacerlo mejor.
“Imagínate que pudieras elegir tu ciudadanía de la misma manera que eliges tu membresía en el gimnasio. Esa es una visión de un futuro no muy lejano. Imagínense mil empresas emergentes diferentes, cada una de ellas reemplazando a una institución tradicional diferente”, dijo Balaji.
SILICON VALLEY
Por ejemplo, refiere que a Silicon Valley le encanta la “disrupción”.
Las empresas tecnológicas emergentes llevan años alterando los medios tradicionales; ahora también incursionando en otras áreas: educación, finanzas y viajes espaciales, por ejemplo.
El centro tecnológico Silicon Valley es un símbolo de tecnología a nivel internacional en el Valle de Santa Clara, California, aglomera las empresas tecnológicas más importantes del mundo: Google, Microsoft, Adobe, Amazon, Intel, Tesla y Meta.
Pero Silicon Valley es mucho más que el lugar en el que nacieron Google y Microsoft, es una ideología y el deseo de múltiples países en el mundo.
REEMPLAZAR PAÍSES
Si las empresas emergentes pudieran reemplazar a todas estas instituciones diferentes, razonó Balaji, también podrían reemplazar a los países. Así es como funcionaría: las comunidades se forman, en internet inicialmente, en torno a un conjunto de intereses o valores compartidos
Luego adquieren tierras, convirtiéndose en ‘países’ físicos con sus propias leyes. Estos coexistirían con los Estados-naciones existentes- y, con el tiempo, los reemplazarían por completo.
Elegirías tu nacionalidad como eliges a tu proveedor de banda ancha. Te convertirías en c i u d a d a n o del pequeño ciberEstado-nación franquicia que elijas.
No es nada nuevo que las corporaciones tengan una influencia indebida en los asuntos de los Estados nación.
Pero este movimiento parece tener ambiciones mayores. No sólo quiere gobiernos existentes dóciles para que las empresas puedan manejar sus propios asuntos, quiere reemplazar a los gobiernos por empresas.
LA DIFICULTAD
Hay quienes ven la idea del “Estado red” como un proyecto neocolonial que reemplazaría a los líderes electos por dictadores corporativos que actuarían en beneficio de sus accionistas.
Otros piensan que es una forma de acabar con los Estados plagados de regulaciones de las democracias occidentales actuales.
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