El pastel es el alimento principal en las fiestas de cumpleaños. Su sabor ha endulzado estas celebraciones desde hace años y su presencia es esencial para que el cumpleañero pueda realizar uno de los rituales más esperados del festejo: pedir un deseo y soplar las velas para que se cumpla.
No obstante, debido a la contingencia sanitaria causada por la pandemia del coronavirus COVID-19, los cumpleaños han cambiado; además de que se desaconsejan las reuniones sociales, ahora se teme que soplar las velas del pastel sea una tradición peligrosa.
Ante el probable riesgo de contagio por los pasteles de cumpleaños, se ha viralizado un producto que promete reducir la propagación de virus y bacterias en este alimento. Aquí te decimos en qué consiste.
Este invento se llama “cubretartas” y se trata de una cubierta de plástico con ranuras en la parte superior para que las velas encajen sin caerse. De acuerdo con su página oficial, este aditamento protege el pastel de los virus y las bacterias al momento de soplar las velas, así como de la cera derretida.
Aunque este cubre pasteles se patentó hace un año, ganó popularidad a raíz de la pandemia provocada por el coronavirus.
Su creador fue el abogado valenciano Vicente Blanch, quien observó una práctica poco higiénica dentro de sus propias celebraciones familiares: los niños soplaban múltiples veces sobre el pastel.
Una publicación de Journal of Food Research concluyó que soplar las velas de un pastel de cumpleaños incrementa la presencia de bacterias hasta en un mil 400 por ciento. Es decir, los pasteles de cumpleaños que fueron soplados tienen hasta 14 veces más bacterias en su superficie en comparación con los que no tuvieron velas para soplar.
La Universidad Estatal de Ohio explica por su lado que esto no representa un riesgo en condiciones habituales, ya que no todas las bacterias son dañinas para la salud. Sin embargo, ante la aparición del nuevo coronavirus, lo mejor será evitar esta tradición.
Paul Dawson, uno de los coautores del estudio del Journal of Food Research, señala que la enfermedad COVID-19 podría implicar el final de esta costumbre. Aunque hay evidencia de que el virus no se propaga en los alimentos, Dawson aclara que estos resultados no aplican para la comida expuesta a secreciones de las vías respiratorias antes de comerla.
Por esta razón, el investigador de la Universidad Clemson sugiere alternativas más seguras, como usar velas de bengala o repartir cupcakes individuales. A estas opciones se suma el “cubretartas”, cuya venta se limita a España actualmente.
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