¿Cómo saber si eres propenso a la obesidad por tu genética?

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MÉXICO. – La obesidad es una enfermedad multifactorial influenciada por la genetica y el entorno. Sin embargo, los avances científicos han permitido identificar genes que podrían predisponer a una persona a ganar peso con mayor facilidad. Pero, ¿cómo se determina esta predisposición?

Hablamos con la doctora Erika Martínez López, investigadora en nutrición y genética de la Universidad de Guadalajara, quien nos explicó cómo funcionan estas pruebas y qué impacto tienen en la salud.

La relación entre genes y obesidad

“La obesidad es una enfermedad multifactorial. Esto quiere decir que hay componentes genéticos, pero también componentes ambientales que están involucrados en su desarrollo”, explica la especialista.

Existen genes que juegan un papel clave en la regulación del metabolismo y la acumulación de grasa corporal. Uno de ellos es el FABP2, un gen que codifica una proteína encargada de internalizar ácidos grasos provenientes de la dieta y que fue descubierto gracias al trabajo de la doctora Erika Martínez López.

“Las personas que tienen esta variante pueden absorber más grasa de la que consumen, lo que podría aumentar el riesgo de obesidad”, señala la investigadora de la Universidad de Guadalajara.

Además de FABP2, otros genes como FTO, MC4R y LEPR han sido asociados con el control del apetito, la distribución de la grasa y el metabolismo energético.

 

¿Cómo se puede detectar la predisposición genética a la obesidad?

Para determinar si una persona tiene un mayor riesgo genético de obesidad, se realizan pruebas de ADN especializadas.

“Nosotros hacemos estas identificaciones de variantes genéticas a través de una metodología llamada discriminación alélica, que nos permite conocer qué pacientes tienen isoformas normales y cuáles tienen isoformas que pueden representar un mayor riesgo”, explica la doctora.

En la actualidad, muchas de estas pruebas aún se realizan en el contexto de investigaciones científicas.

“Lo hacemos todo bajo proyectos de investigación y no tienen costo para los participantes que cumplen con ciertos criterios de inclusión”, agrega Martínez López.

Sin embargo, en el sector privado ya existen empresas que ofrecen pruebas de ADN orientadas a la nutrición personalizada, con costos que pueden variar desde dos mil pesos hasta 10 mil pesos, dependiendo de la cantidad de genes analizados.

¿Vale la pena realizar una prueba genética para obesidad?

Conocer la predisposición genética a la obesidad puede ser útil para ajustar la alimentación y el estilo de vida.

“El hecho de que alguien tenga una variante genética no significa que esté condenado a la obesidad, pero sí que debe tener un mayor control sobre su alimentación y actividad física”, señala la especialista.

Además, la nutrición de precisión es un área en crecimiento. “Cuando conocemos nuestra constitución genética, nos permite hacer ajustes personalizados en la dieta para minimizar riesgos. No se trata de alarmarse, sino de usar el conocimiento para una mejor salud”, concluye Martínez López.

La obesidad tiene una fuerte relación con la genética, pero el entorno y los hábitos también juegan un papel crucial. Si bien las pruebas genéticas pueden ser una herramienta valiosa, el enfoque principal debe seguir siendo una alimentación saludable y la actividad física.

La investigación sigue avanzando, y en un futuro podría haber mayor acceso a pruebas de ADN para prevenir enfermedades metabólicas.

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