La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) trabaja a gran velocidad para conocer las causas que provocan coágulos de sangre, desencadenados en pacientes inoculados con la vacuna de AstraZeneca contra Covid-19, luego que notificaran que 86 personas han sido afectadas por esta reacción, por lo que los expertos creen que la aparición de trombos podría deberse a distintos factores, como una inconsistencia en el vector viral, un aditivo productor de alergias o algún aspecto relacionado con el proceso de producción del biológico.
Las vacunas han sido pensadas como tratamientos preventivos frente a enfermedades infecciosas. Desde su creación en 1976, cuando el investigador Edward Jenner –“el padre de la inmunología”- descubrió la vacuna para combatir la viruela, la morbilidad y mortalidad de distintas afecciones ha disminuido considerablemente. Sólo que en algunos casos, denominados como “minoritarios”, las personas beneficiadas han presentado reacciones adversas.
Esto ha ocurrido con la vacuna de la farmacéutica europea, AstraZeneca, que desde que la EMA aprobó su uso, a finales de diciembre del año pasado, ha mostrado inconsistencias en su efectividad, pues algunas personas han padecido episodios de trombos “poco usuales”.
Hace un mes aún se le consideraba una simple sospecha; en la actualidad, los representantes de la empresa biotecnológica han asumido su responsabilidad, pues de las 34 millones de personas que han sido administradas con esta, 86 padecieron un episodio de trombos, 222 más fueron catalogados como “casos sospechosos”, y 30 más han fallecido.
¿Qué hay de inusual con esta clase de coágulos de sangre?
Sabine Eichinger, hematóloga de la Universidad Médica de Viena, expuso que la inhabitualidad de estos síntomas radica en que los trombos se produjeron en zonas inusuales del cuerpo de las personas vacunadas. En una publicación de “Nature”, la investigadora señaló que los coágulos sanguíneos aparecieron en el cerebro y el abdomen, cuando normalmente lo harían en las piernas.
La líder de la Clínica de Anticoagulación del centro universitario expresó que esta clase de coágulos pueden ser más peligrosos, si llegan a bloquear el flujo sanguíneo del cerebro o los pulmones. Sin embargo, los especialistas insisten en que el uso de la vacuna de AstraZeneca debe continuar.
“Estos son efectos secundarios muy raros”, declaró Emer Cooke, ejecutivo de la EMA, pues aseguró que “el riesgo de mortalidad por Covid-19 es mucho mayor que el riesgo de mortalidad por estos efectos secundarios”.
Ahora, la incógnita del por qué una vacuna desencadenaría una condición tan inusual pondera entre los pasillos de los laboratorios. “Por supuesto, hay hipótesis: tal vez sea algo con el vector, tal vez sea un aditivo en la vacuna, tal vez sea algo en el proceso de producción … no lo sé. Podría ser cualquiera de estas cosas”, profundizó Eichinger.
La experta en fisiopatología descubrió que, los pacientes con coágulos en la sangre, en el cerebro o el abdomen, desarrollados a dos semanas de recibir una dosis de la vacuna, desarrollaron el síndrome trombocitopenia inducido por heparina (TIH).
Estos síntomas se manifiestan, usualmente, en las personas que son tratadas con heparina, un fármaco anticoagulante que previene la falta de consistencia liquida de la sangre, pero hay casos en los que actúa de manera contraria produciendo coágulos sanguíneos, así como “trombocitopenia”, que es cuando se presentan niveles muy bajos de plaquetas.
¿Qué población es más sensible a padecer coágulos de sangre?
Pese a que ya se cuentan con datos que demuestran que las mujeres menores de 60 años tienen mayor probabilidad de presentar un episodio de trombos, la EMA solicitó al gigante farmacéutico una serie de investigaciones, en los que se concentre en el estudio de la coagulación de la sangre como efecto secundario de su vacuna, pues sólo de está forma podrán prevenirse los factores de riesgo.
La agencia se encuentra preocupada por estos indicios, ya que las mujeres constituyen un segmento más grande dentro del personal de salud, uno de los más afectados por el SARS-CoV-2, por su trato directo con los pacientes de la enfermedad los posiciona como uno de los sectores de la población en riesgo de contraer el virus.
Un grupo de expertos ya se encuentra evaluando los efectos del coronavirus en la coagulación sanguínea, pues tienen como objetivo aclarar si este problema se limita a “un supuesto efecto raro de la vacuna”. Behnood Bikdeli, cardiólogo del Brigham and Women’s Hospital en Boston, Massachusetts, consideró que “alguien que recibe la vacuna podría sufrir un derrame cerebral o un ataque cardíaco una semana después porque ya iba a sufrir un derrame cerebral o un ataque cardíaco”.
¿Qué sucederá con las dosis ya fabricadas de AstraZeneca?
Lo que es un hecho es que “Vaxzevria”, como también se le ha dado a conocer a la vacuna, no dejará de suministrarse, pues por su bajo costo y facilidad de almacenamiento, “sigue siendo la mejor esperanza para vacunar a un gran número de personas en países de ingresos bajos y medianos”.
Los estudiosos también consideran la posibilidad de reducir la cantidad de vacuna, administrada en cada dosis, para evaluar la relación entre el sistema inmunológico y la coagulación de la sangre, pues estos resultados podrían servir para el desarrollo de tratamientos futuros. “Vamos a obtener nuevas variantes de coronavirus y vamos a desarrollar nuevas vacunas, necesitamos respuestas para el futuro”, puntualizaron.
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