DALLAS.- Los Mavericks de Dallas despidieron este martes a Nico Harrison, el gerente general que pasará a la historia por una sola jugada. La del 1 de febrero, cuando decidió enviar a Luka Dončić a los Lakers de Los Ángeles en un movimiento que alteró el equilibrio de poder en la liga y desató la frustración de toda una ciudad.
El despido fue aprobado por Patrick Dumont, gobernador del equipo, en medio de un inicio de temporada que dejó a Dallas en el lugar 14 del Oeste con marca de tres victorias y ocho derrotas, incuido el tropiezo en la Ciudad de México ante Pistons. El ataque del equipo ocupa el puesto 29 en la NBA, una caída dramática para una franquicia que había terminado entre las 10 mejores ofensivas en cuatro de las seis temporadas previas bajo el liderazgo de Dončić.
Esta decisión refleja nuestro compromiso de construir una organización de calibre de campeonato, una que cumpla con nuestros jugadores, socios y aficionados”, señaló Dumont en un comunicado. Matt Riccardi y Michael Finley ocuparán el cargo de manera interina mientras el club inicia la búsqueda de un reemplazo permanente.
La herencia de un traspaso incomprensible
Harrison, exejecutivo de Nike, defendió durante meses la operación más polémica del deporte reciente. Intercambió a un jugador de 25 años, cinco veces integrante del Primer Equipo All-NBA, por Anthony Davis, un pívot de 31 con historial de lesiones y seis años mayor. Lo justificó como una apuesta por el presente.
“Si lo juntas con Kyrie y el resto, encaja con nuestro horizonte para ganar ahora. Dentro de diez años probablemente nos entierren a mí y a Jason Kidd”, dijo entonces.
Los resultados lo desmintieron rápido. Davis se lesionó el 29 de octubre con una distensión en la pantorrilla izquierda, apenas semanas después de llegar al campo de entrenamiento con siete kilos de más. No ha vuelto a jugar. Dallas, sin Dončić, se hundió en la tabla.
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