“Para combatir la violencia no debemos trabajar juntos, sino revueltos. Necesitamos una orgía institucional”, dijo Jorge Melguizo, ex secretario de Cultura en la ciudad de Medellín, Colombia, y principal promotor de proyectos culturales de prevención de la violencia en esa ciudad.
De visita en Apatzingán, donde dictó la conferencia magistral “Alianzas para la Cultura de la Paz”, hizo un recuento de la problemática de violencia en Medellín en los años 90, donde a lo largo de dos décadas se contabilizaron 66 mil asesinatos y que motivó la creación de los Parques Biblioteca, la organización de actividades culturales en espacios públicos y un sistema de becas educativas como opciones de paz.
“Si en Medellín fue posible reducir la violencia, en cualquier ciudad es posible. Siempre me dicen que México se está colombianizando. Tomémoslo en el lado positivo. Recuperemos nuestras experiencias por la paz”, resaltó Melguizo, quien ha sido secretario de Cultura Ciudadana de Medellín.
Días después de que grupos de civiles armados incendiaron autobuses para bloquear algunos tramos carreteros que unen Apatzingán con otros municipios de Tierra Caliente, Melguizo fue recibido por promotores de lectura, coordinadores de talleres artísticos que se imparten en el centro cultural del FCE, alumnos y profesores de educación básica.
Citó las palabras del empresario Nicanor Restrepo (ya fallecido), impulsor de la organización Empresarios por la Educación y colaborador de los gobiernos de César Gaviria y Andrés Pastrana en las negociaciones de paz en Colombia: “El mejor negocio que hemos hecho los empresarios en Medellín es invertir en educación y cultura”.
En presencia del gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, el director del Fondo de Cultura Económica (FCE), José Carreño Carlón, destacó que “esta es una oferta para vencer el miedo, la intimidación. Los pobladores no sabían a dónde voltear. El compromiso era erradicar ese terror que ha generado la violencia y la inseguridad”.
Abundó que el Centro Cultural del FCE representa “una estrategia que apuesta al poder de los libros, de la lectura y la escritura, vehículos valiosos para reconstruir el tejido social”.
Rocío Barragán, directora de este centro, hizo un recuento de los 23 talleres, con alrededor de 150 usuarios al día, que desde su inauguración ofrecen, entre clases de guitarra, danza folclórica, pintura y lectura, entre otros.