Tijuana, Baja California.- La familia de Irma Sanz, la mujer que murió tras someterse a una liposucción en Tijuana, aún no ha emprendido acciones legales en contra del responsable, el cirujano Guillermo Díaz, dio a conocer en entrevista a El sol de Tijuana David Reynoso, sobrino de Sanz.
Sin embargo, están buscando la forma de denunciar al médico, pero que han intentado comunicarse con él en repetidas ocasiones y no lo han logrado.
El pasado 27 de octubre, Irma se trasladó en secreto a la ciudad de Tijuana para someterse a la cirugía e ingresó a la clínica Embellécete, en las Torres de Agua Caliente, propiedad del cirujano Guillermo Díaz.
Tras presentarse complicaciones en la cirugía, Irma fue trasladada a las instalaciones del Hospital General con muerte cerebral; ahí estuvo internada del 28 al 30 de octubre, explicó David Reynoso, donde les informaron que estaba en estado de coma pero no podían entrar a verla.
Pero esta información fue desmentida cuando trasladaron a Irma a un hospital en Chula Vista. Ahí les dijeron que la mujer no estaba en coma, sino que presentaba muerte cerebral y era irreversible.
GUILLERMO DÍAZ NO ES CIRUJANO
Reynoso señaló que investigando les comentaron que Guillermo Díaz no está habilitado como cirujano plástico e incluso no cuenta con las credenciales que lo acrediten como tal.
Además, Díaz dio de baja su página en Facebook y no contesta los teléfonos que aparecen en su sitio de internet, por lo que temen que se esté escondiendo.
La intención de la familia de Irma es interponer una denuncia en contra del médico, pero al desconocer las leyes mexicanas no saben a dónde deben dirigirse. Esto no los detiene y ya están buscando asesoría legal para que la muerte de Sanz no quede impune.
EL CCPER NO CONOCE A DÍAZ
Al cuestionar a Javier García Muñoz, presidente del Colegio de Cirujanos Plásticos, Estéticos y Reconstructivos de Baja California sobre el caso de Irma, el doctor manifestó que no conoce a Guillermo Díaz y tampoco sabe si cuenta con las credenciales necesarias para ejercer como cirujano.
Comentó que son 54 profesionistas los que pertenecen al CCPER actualmente, y que no es una obligación formar parte del colegio, pero sí contar con el título de Cirujano Plástico y un certificado por parte del Consejo Mexicano de Cirugía Plástica Reconstructiva para poder ejercer.
Aclaró que, aun cuando no es una situación frecuente, hasta el mejor cirujano ha perdido a algún paciente durante una intervención debido a complicaciones.
Entre estas se encuentran la tromboembolia pulmonar, una perforación durante la operación o una reacción alérgica a la anestesia.
Asimismo lamentó que casos como el de Irma ocurran, pues los pacientes que viven en Estados Unidos se vuelven recelosos de los médicos mexicanos hasta el punto en que cirugías que ya habían sido programadas son canceladas por temor a que algo les pueda pasar.
Por esta razón, exhortó a los pacientes a informarse en los sitios web oficiales, como el del Colegio de Cirujanos Plásticos de Baja California y el de la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica, y no se dejen llevar por datos obtenidos en blogs o páginas que pueden ser manipulados por cualquier persona.
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