Washington.-Reince Priebus, jefe de gabinete de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, reafirmó ayer que la Casa Blanca impulsará un impuesto fronterizo como parte de su proyecto de reforma fiscal, a pesar de la controversia surgida en torno a su implementación.
En una entrevista transmitida por el canal Fox, Priebus aseguró que el gravamen es una manera de “igualar el terreno de juego entre nuestro país y otras naciones en el mundo”.
Esa propuesta fue ideada por el gobierno del magnate como una manera de compensar la baja en ingresos derivada de los recortes fiscales contenidos en una reforma tributaria.
Expertos han señalado que otros países reaccionarían a ese impuesto con la imposición de sus propias tarifas a productos estadounidenses, lo que afectaría las exportaciones.
Asimismo, una contribución a productos importados finalmente sería asumido por el consumidor final en la Unión Americana, de acuerdo con el sector del comercio minorista; sin embargo, Priebus sostuvo que este impuesto sería parte de un paquete para reducir la carga fiscal a los estadounidenses, incluso a la clase media, lo que podría ayudar a que la reforma sumara el apoyo de los demócratas.
La reforma tendría apoyo de ambos partidos si “podemos proporcionar uno de los mayores recortes de impuestos a la clase media en la historia de este país”, expresó.
Sin embargo, el republicano Mark Meadows, líder del Freedom Caucus, que reúne a los republicanos más conservadores en el Congreso de Estados Unidos, determinó que su grupo aún no ha tomado “ninguna posición oficial sobre el impuesto al ajuste fronterizo”.
En una entrevista transmitida por el canal ABC, Meadows pronosticó que el gravamen será el centro del debate de la reforma fiscal propuesta por el mandatario estadounidense.
“Mientras examinamos la reforma tributaria, el gran debate será sobre ese impuesto al ajuste fronterizo. Pero ahora estamos en el modo de recolección de información”, declaró Mea- dows, representante por el estado de Carolina del Norte.
El legislador había dicho que la reforma tributaria dependería de la revocación de la legislación de salud de Barack Obama, ex mandatario de la Unión Americana, para poder compensar los posibles costos de los recortes de impuestos.
Trump ha dicho que se concentrará en sus planes tributarios y en un mensaje en Twitter culpó al Freedom Caucus por el fracaso de su iniciativa para reemplazar al Obamacare.
“Los demócratas están sonriendo, al ver que los parlamentarios del Freedom Caucus bloquearon la adopción de la reforma”, escribió.
Priebus también advirtió ayer a los legisladores conservadores rebeldes que deberían respaldar la agenda de Trump o podrían no ser incluidos en futuras batallas legislativas.
Sobre la reforma tributaria, el presidente de la Comisión de Medios y Arbitrios de la Cámara Baja, Kevin Brady, aseguró que el grupo había trabajado sobre el tema en paralelo con el fallido proyecto de salud.
Meadows dijo que aún no ha renunciado a los esfuerzos por reformar la ley de salud antes de abordar los temas tributarios. “Aún creo que hay una buena posibilidad, si los moderados y conservadores pueden unirse, para que podamos revocar y reemplazar el Obamacare, reducir las primas y cubrir a más personas”, sostuvo.
Prevé relajar regulación energética. Funcionarios de la Casa Blanca revelaron que el millonario firmará un decreto mañana para hacer más sencillo que las compañías produzcan energía en el país.
Bajo el gobierno de Trump, la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) busca revertir las regulaciones medioambientales de Obama. El administrador de la EPA, Scott Pruitt, dijo a This Week de la cadena ABC que la orden ayudaría a revertir la estrategia contra los combustibles fósiles.
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