VIENA.- Investigadores de la Universidad de Viena y del Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC) han determinado en un estudio que los peces que viven en la parte oscura de los océanos pueden ver reducido su tamaño por culpa del aumento de la temperatura del agua.
La revista ‘Proceedings of the Royal Society B’ ha publicado los resultados del trabajo que se centra en peces que viven por debajo de los 200 metros de profundidad, donde no llega la luz solar, ha informado el ICM en un comunicado este jueves.
Los autores han recuperado otolitos, pequeñas estructuras del oído interno de los peces óseos que permiten la captación de sonido e intervienen en su equilibrio, de formaciones geológicas de hace entre 700 mil y 800 mil años de la isla de Rodas.
Han medido los otolitos con el objetivo de estudiar cómo habría cambiado el tamaño de los peces a lo largo de los periodos glaciares e interglaciares.
Se han centrado en los cambios que experimentaron los ‘peces linterna’ durante el período interglacial: se trata de un grupo de pequeños peces mesopelágicos que reciben este nombre por su capacidad de producir su propia luz.
Estos peces contribuyen “enormemente” a la bomba biológica de carbono, un mecanismo natural que sirve para reducir el dióxido de carbono atmosférico (CO2): los organismos fitoplanctónicos absorben CO2 de la atmósfera mediante la fotosíntesis.
Por su parte, cada noche, los ‘peces linterna’ se desplazan cientos de metros hacia la superficie de los océanos para alimentarse de plancton y vuelven a bajar, transportando así “enormes” cantidades de carbono de la superficie hasta el lecho marino.
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