PACHUCA.- En la calle Toltecas, la de los relojes, cerca del mercado de los tenis, rumbo a las famosas Migas de la Güera, a lado de la iglesia de San Francisco de Asís, en el barrio más conflictivo y peculiar de la ciudad de México, Tepito… ahí hay un deportivo que recibe el mismo nombre que el estadio más importante de Brasil: Maracaná. En este polvorín recubierto con pasto artificial no jugó Pelé ni Maradona, ese lugar fue tierra de Bernardo Hernández Villaseñor Manolete, exfigura de los Potros de Hierro del Atlante.
En ese sitio, escondido entre los cientos de puestos, los vecinos del barrio bravo se regodearon al ver los primeros pasos de Cuauhtémoc Blanco, que terminó siendo símbolo del futbol nacional. Ahí, el Pachuca se convierte en el primer equipo en hacer un escauteo en ese lugar y sueña con pescar al nuevo Cuau.
Surge la idea de venir a hacer esto por el talento que siempre ha tenido esta zona y nosotros queremos venir a descubrirlo. Hay un ímpetu de encontrar un nuevo Cuauhtémoc Blanco o alguien mucho mejor, que forme parte de las filas de nuestro club”, dice Ricardo Ochoa, encargado de reclutar jóvenes talentos para el Pachuca.
Son las ocho de la mañana y todavía no se han instalado los miles puestos que hay en las calles de Tepito. En las salidas del Metro, hay voluntarios con la playera del Pachuca, que orientan a los chicos y chicas que se inscribieron para las pruebas. “Te vas derecho sobre el Eje Uno Norte, das vuelta a la derecha en Aztecas y al topar con pared das vuelta a la izquierda. Vas a ver una puertita, que arriba tiene un letrero que dice ‘Deportivo Tepito Maracaná’, ahí son”, indica el apodado El Calles, oriundo del barrio bravo, que escolta los contingentes de jóvenes futbolistas, ilusionados con llegar a Primera División.
Nos hemos percatado que hay niños pequeños ya con droga, con cigarros. Se dedican a otro tipo de cosas, dejan el deporte, muchos dejan la escuela. Es preocupante. Queremos que eso no ocurra, no podemos cambiar el mundo, pero queremos aportar nuestro granito de arena”, agrega Ochoa.
En los cuatro días que estuvo el Pachuca, llegaron aproximadamente 600 jóvenes al Barrio Bravo de Tepito. La mayoría de ellos mexicanos, aunque también hubo colombianos, uruguayos, ecuatorianos y argentinos. El último día, los Tuzos apuntalaron la vista a ver el talento de las mujeres, necesarias para completar el equipo que participará en el torneo femenil.
En total, cinco hombres y tres mujeres fueron elegidos para estar a prueba por una semana en la casa club. Otro grupo, de aproximadamente 25 jugadores, entre niños y niñas, ganaron la oportunidad de ir a una prueba más a las instalaciones del Pachuca.
Hay mucho talento, vimos a un chiquitín, muy dotado técnicamente, que nos hizo recordar al buen Cuau, esperamos que este niño pueda llegar a grandes cosas”.
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