Ciudad de México.-“Que paaase el amante”, se escuchaba a Laura Bozzo exclamar en el programa Laura de América, que comenzó en Perú y que hizo eco en México primero en Canal 9 (ahora Gala TV).
La frase que se volvió popular fue el inicio de otros programas del mismo tipo, pero ahora hechos en casa, que la televisión abierta comenzó a promover en sus horarios familiares con la entrada del nuevo milenio, pero que se volvieron una piedra en el zapato para don Lorenzo Servitje, fallecido hoy y cuyos productos Bimbo se anunciaban en Televisa y TV Azteca.
Era el año 2000. “Hasta en las mejores familias”, conducido por Shanik Berman, Talina Fernández y Carmen Salinas, y “Cosas de la vida”, de Rocío Sánchez Azuara, fueron los primeros en ser blanco de polémicas por el tipo de historias que se contaban: gente aparentemente común exponiendo un problema familiar que quedaba sujeta al escrutinio del público y, de vez en cuando, terminaba en un pleito a golpes televisado.
Algunos anunciantes saltaron, particularmente Servitje, quien pidió no anunciar ninguno de sus productos en esos programas que, consideraba, no promovían valores familiares como los de su marca; todo lo contrario, exaltaban la violencia.
Mientras la Secretaría de Gobernación monitoreaba los programas, el empresario apeló a la Asociación A Favor de lo Mejor, que creó en 1995 para vigilar los contenidos de televisión y elevar la calidad de los contenidos en los medios de comunicación, además de promover la defensa de los derechos de las audiencias.
A ésta se asociaron decenas de anunciantes de todo tipo de productos, desde bancos hasta marcas de zapatos, de lácteos y cervezas.
Servitje ganó la batalla y los talk shows finalmente fueron cambiados de horario, para finalmente, ser retirados de la pantalla. Una nueva comenzó apenas unos meses después con Big Brother que, de acuerdo con su visión, era de mal gusto.
La presión que ejerció le hizo ganar una vez más al lograr que un par de anunciantes se retiraran del famoso reality show producido por Pedro Torres.
Este era un terreno conocido para Servitje. En 1997, molesto porque Ciro Gómez Leyva, entonces conductor del noticiero estelar de Canal 40, presentó testimonios de personas que fueron víctimas de pederastia por parte de Marcial Maciel (fundador de los Legionarios de Cristo), canceló el contrato publicitario con el canal y con él, 10 empresas más.
Se lo había advertido al canal, por considerar que la transmisión de esta información sería una falta de respeto al clero, pero el director del 40 y el conductor del noticiero la ignoraron, de acuerdo con el libro de Salvador Frausto, periodista de El Universal y quien realizó el perfil del empresario en el libro “Los amos de México.
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