“Besos de Judas”

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Hace unos días amanecimos con la sorpresa de que en nuestra comunidad el honorable Juan Manuel Riojas, a quien cariñosamente llaman «Padre Meño» y al que no hacía mucho tiempo habían cambiado a la ciudad de Piedras Negras, estaba siendo investigado por la Procuraduría de justicia del estado por una presunta violación en contra de un seminarista que en tiempos pasados había tenido contacto con él.

 La noticia se elevó a niveles mayúsculos de incredulidadentre los fieles pues se estaba hablando de un hombre amado por muchos en aquella ciudad fronteriza y muy particularmente por acá en la Región carbonífera, donde por algunos años había fungido como sacerdote en el templo del Sagrado corazón de Jesús en la ciudad minera de Nueva Rosita.De buenas a primeras e impulsados por la gran estimación hacia este buen hombre de Dios, más de uno se hizo presente en la procuraduría para defender a quien a todas luces era inocente. Cuando se percataron que las pruebas eran más abundantes que todo el amor que ellos pudieran tener, poco a poco fueron retirándose deseando no haberlo conocido nunca.

Hace unas semanas mi pluma opinó sobre ese asunto tan bochornoso que tenía que ver con esos personajes que son supuestamente ungidos de lo alto para conducir por la senda del bien a un rebaño de ovejas. Bajo el título de «¿Soy víctima de pornogratificación clerical?» quise abordar ese tema por los recientes hechos en la ciudad de Saltillo donde el padre Joaquín Hernández Sifuentes había sido asesinado. De inocente pasó a responsable de su propio destino al descubrírsele vínculos sexuales con sus victimarios. Tras las investigaciones y sus confesiones resultó que al igual que el padre Riojas, se divertía en turbias francachelas en las que las bebidas embriagantes no faltaban y mucho menos las insinuaciones y provocaciones íntimas.

En todos los ambientes existen Judas besándole la mejilla a quienes han confiado en ellos. Sacerdotes bulándose de Dios con sus acciones o médicos dándole nimia importancia al juramento de Hipócrates. Igual podríamos citar a niñeras golpeando a pequeñitos, asilos donde los ancianos son vejados, maestros abusando de sus alumnos y como en este caso, párrocos contaminando con sus deseos putrefactos a jovencitos que unicamente desean encaminarse en el mundo del servicio al prójimo por medio del sacerdocio.

Un buen dicho expresa que cuando el río suena, agua lleva. Por mucho tiempo se escucharon rumores que muchos tomaron como malintencionados en contra del padre Meño. Se decía esto por aquí y se decía esto por acá, pero nada más lejano de la realidad pues todo lo que ese hombre proyectaba no era otra cosa que una actitud piadosa… al igual que como sucedió con el padre Hernández Sifuentes, las pruebas poco a poco fueron revelando lo aberrante de sus acciones… besos, besos y más besos de Judas.

Ante la exigencia de «Tolerancia cero» que el Papa Francisco exigió en contra de sacerdotes pedófilos en su reciente viaje a nuestro país, la misma diócesis de Piedras Negras denunció al acusado para que la justicia tomara cartas en el asunto.

El infierno esta atiborrado de buenas intenciones, gente que hubiese querido realizar buenas acciones, pero nunca cristalizó. Personas que no querían, pero que cedieron a sus pasiones. Los sacerdotes pederastas saben lo que hacen y conocen a la perfección los cánones de conducta moral que deben de seguir o llevar en el seno de sus templos. Es elección de ellos no seguir con la normatividad y por lógica las consecuencias llegan tarde que temprano… muchas veces secree que éstos son transferidos sólo porque los cambios traen mejoras, nada de eso. Cuando un Acólito esta dando buenos resultados sería tonto quitarlos de su sitio; por razones lógicas sus cambios tienen una raíz muchas veces profundas y dolorosas, más para los que se quedan. Comprobado está que en su mayoría los cambios son por cuestiones de moralidad.

Muchas veces leí en uno de los libros de la Biblia que la piedra angular era Jesucristo. Una piedra angular es la pieza cumbre en un arco y que logra sostener al resto de las piezas haciendo imposible su caída. En una frase: Es la pieza clave.

Pedro y Pablo, como conversos, fueron las piedras angulares en la edificación del cristianismo en el mundo y por ellos sobrevivió la religión… hoy las cosas no han cambiado. Hoy las denominaciones religiosas sobreviven, en particular y en cuestiones de economía, gracias a los conversos o miembros de la iglesia. Éstas no viven gracias a los miembros de domingo con actitudes de Judas que no están muy convencidos de lo que se les enseña, sino de los que se entregan al todo por el todo a la fe.

Los cimientos de una religión son los verdaderos conversos, son ellos los que llenan las bóvedas.En algunas religiones tal es su fe, que saben que sus hijas a los 16 tendrán que “visitar” al pastor, simplemente porque es lo correcto… y lo peor, las chiquillas lo ven como ese algo necesario para estar bien ante los ojos del Jesús al que le elevan alabanzas sentimentales. Un caso muy conocido es el de aquella comunidad mesiánica en la que el líder religioso inyectó un veneno espìritual tan letal en el alma y particularmente en la mente de sus conversos, que estos se entregaron plenamente a la voluntad del hombre que llegó a denominarse Mesías ante la aprobación de sus seguidores… pero usted que esta leyendo esto probablemente sea de esos conversos de domingo que aunque no cree que su párroco o pastor sea un mesías, sí cree que tal personaje fue elgido por dios para gobernar su casa y sus decisiones… No sea de esas personas que ven al párroco con cara y actitudes virginales pues ellos al igual que usted tienen pasiones, comen, vomitan, duermen, se enamoran, toman cocacolas, miran chicas, miran chicos, leen libros, ven peliculas, juegan futbol, ajedrez, usan champú o se lavan los dientes…

Cuidese de ser converso de la persona equivocada, cuidese de ser un Judas besando ante los demás a sus hijos, pero en el seno de su hogar es un demente violento.

Qué más quisiéramos como habitantes de este país que las cosas no fueran tan crueles como lo son, pero la realidad es que confiar totalmente en alguien es algo totalmente caduco en una sociedad en la que los Judas proliferan y que lamentablemente muchos de ellos están anuestro lado y no los podemos identificar, bueno, muchas veces hasta que se es demasiado tarde. Adieu.