Ciudad de México.-Atlas no. Pumas tampoco. El fango de la tabla general les pertenece, ambos le hacen compañía a Querétaro y siguen rezagándose en el torneo. Ni Zorros ni auriazules están en sitios de repesca, los dos clubes intentaron revertir la situación, pero entre su mala fortuna y el mal momento de sus delanteros la portería no se abrió. El 0-0 no reflejó lo que pasó en el partido, los dos clubes hicieron todo lo posible para marcar, incluso anotaron, pero sus goles se anularon por fueras de juego, hasta eso comparten.
El torneo está acabándose y parece que ninguno va a estar en la fase final. Los dos clubes caminan al fracaso, Atlas es el bicampeón y si no reaccionan en la recta final de la competencia se van a quedar sin la oportunidad de defender su corona. El tricampeonato del que hablaron en el inicio de la competencia está diluyéndose.
Pumas está en situaciones similares, los auriazules abrieron la cartera como hace mucho no pasaba, pero parece que tantas figuras les afectó. Dani Alves ligó su octavo partido sin celebrar. El jugador más ganador de la historia no sabe lo que es tener una victoria en la liga mexicana.
El juego siempre fue de pronóstico reservado, pudo haber muchos goles o ninguno. Atlas y Pumas comparten los mismos males, tienen una defensa endeble y una ofensiva que no concreta. El primer tiempo ofreció poco, sin embargo, el resto del juego tuvo de todo. Diogo marcó enseguida, pero su tanto se invalidó por un fuera de lugar, luego Juan Dinenno estrelló un disparó en el poste. En ese instante el juego detonó. El peligro estuvo en ambas áreas.
Atlas respondió de buena manera, pero el trébol de cuatro hojas tampoco lo tienen, Julián Quiñones igualó los remates en el travesaño y enseguida le anularon una anotación por fuera de lugar.
La gente en el estadio Jalisco se quedó con el grito de gol en la garganta, ocasiones hubo, sin embargo, la red no se movió. La gasolina fue agotándose en ambos clubes, los cambios aparecieron, pero ninguno pudo marcar diferencia. El tiempo se consumió. El empate no le sirve a ninguno.