TEXAS.- Una maestra en Waco, Texas, enfrenta cargos por lesiones a una persona discapacitada tras utilizar presuntamente un silbato electrónico, destinado para perros, para controlar el comportamiento de un estudiante de 6 años con autismo. Según el informe policial, la educadora, identificada como Amber Escamilla, de 46 años, usaba el dispositivo para “obligar al cumplimiento” del niño cuando este se mostraba sobreestimulado en la escuela primaria Bell’s Hill.
La investigación se inició luego de que detectives del distrito escolar Waco ISD recibieran una referencia de los servicios de protección infantil respecto a un posible caso de abuso. De acuerdo con las declaraciones de los padres del menor, el niño, quien tiene sensibilidad auditiva, llevaba a la escuela orejeras para protegerse de ruidos fuertes.
No obstante, a finales de 2024, empezó a regresar a casa llorando por el dolor que experimentaba en sus oídos, creyendo que era causado por las alarmas contra incendios. En el testimonio de la madre del niño, incluido en la declaración jurada, señaló que desde el inicio del año escolar su hijo demostraba un temor creciente hacia la escuela debido al ruido que describía como insoportable.
El informe policial destaca que en noviembre de 2024, la directora de la escuela confiscó un silbato electrónico a Escamilla.“Un miembro del personal declaró que la maestra había mostrado el dispositivo en la sala de descanso, diciendo que lo usaba ‘cuando el niño se pone ruidoso’, asegurando que este se detenía cada vez que lo hacía sonar, señaló KWTX.
La acusada, quien tiene más de una década de experiencia como docente y apenas había comenzado a trabajar en esa escuela tras mudarse a Waco con su familia el año anterior, admitió haber comprado el silbato para ser usado en actividades al aire libre. Según las declaraciones recogidas en la investigación, aseguró haberlo empleado solo una vez en el patio de juegos y afirmó que lo utilizaba únicamente como amenaza para lograr que el niño cumpliera con sus indicaciones.
Sin embargo, una testigo clave brindó un testimonio diferente. Esta persona, cuya identidad no fue revelada, aseguró que durante una visita al aula en septiembre de 2024 observó cómo Escamilla usaba el silbato dentro del salón para intentar controlar las acciones del menor. Según describió, el niño reaccionó cubriéndose los oídos y suplicando a la maestra que dejara de sonar el dispositivo. “La testigo indicó que el menor era visiblemente afectado por el sonido, mostrando signos evidentes de dolor”, reporta el documento legal.
La portavoz del Waco ISD, Wendy Sledd, confirmó que Escamilla trabajó en el distrito menos de un año y que su contrato ya no fue renovado. La vocera manifestó a KWTX que “las acciones bajo revisión no reflejan los valores o expectativas que tenemos para nuestro personal”. Además, enfatizó el compromiso del distrito con el bienestar de los estudiantes.
“El Waco ISD sigue comprometido con mantener un ambiente seguro y de apoyo para todos los estudiantes. Nuestro departamento de policía y el personal del distrito están cooperando plenamente con la investigación para garantizar que toda la información relevante sea considerada”, declaró al medio.
Si Escamilla es declarada culpable del cargo de delito grave en tercer grado, enfrenta una pena que podría alcanzar hasta los 10 años de prisión.
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