CD. DE MÉXICO.- La fotografía de un auto eléctrico de 1922 ha causado revuelo, debido a que, por los Tesla, podríamos pensar que son un invento mucho más moderno pero, en realidad, los primeros vehículos con batería almacenada fueron fabricados a principios del siglo XX, mismos que gozaron de gran popularidad, hasta que Ford lanzó un automóvil de gasolina mucho más económico, logrando desbancar la ventas de los antecesores de Tesla, Inc.
Alguna vez te habrías imaginado que, hace 112 años, las personas ya utilizaban autos eléctricos para transportarse; si tu respuesta es no, una exhibición de fotografía del Museum of Innovation and Science muestra a una mujer que, en 1922 (hace 112 años), fue retratada mientras cargaba un vehículo sustentable, el que no queda muy claro si es que le pertenecía o posaba junto a él para publicitar el modelo lanzado por la compañía Columbia Electric Vehicles, 17 años antes, en 1905.
De acuerdo con “Daily mail”, al poco tiempo de que el vehículo fuera lanzado, el ejemplar quedó totalmente agotado, a pesar de que era muy costoso, pues su precio oscilaba entre los mil 600 dólares de esa época, equivalente a los 44 mil dólares de esta que, a su vez, representan aproximadamente 749 mil 450 pesos mexicanos.
Por ese motivo, el Columbia Electric Victoria Phaeton -como fue denominado el modelo- fue adquirido sólo por la población más acaudalada de Estados Unidos y, según refiere el medio inglés, la mayoría de sus compradoras eran mujeres, debido a que el vehículo era publicitado como un transporte cómodo, ligero y muy limpio, además, que podía alcanzar una velocidad de hasta 24 kilómetros por hora.
Las cifras sobre los automóviles que se usaban en esos años arrojan que, de los 4 mil 192 vehículos matriculados en el país, más de mil 500 funcionaban con electricidad.
“Durante la temporada de 1905 sólo se expresó una opinión sobre este carruaje: que era el carruaje eléctrico ligero más inteligente, más rápido, más moderno y más fiable que existía”, indica un folleto de la compañía de autos que lo comercializó.
Y aunque el Victoria Phaeton era un auto eléctrico como los Tesla, una cosa es cierta, no funcionaban de la misma manera, pues su interior y la forma en que se ponía en marcha se parecía más a un ferrocarril que a un auto como el que se usa en nuestros días.
El diseño de este auto seguía basado en como se manejaban los vagones de tren; no tenía ni volante ni pedal para acelerar, pues la velocidad era controlada por una palanca sostenida, la que se encontraba ubicada a la izquierda de la o el conductor; eso producía que este condujera como si se tratase del timón de un barco.
Los frenos, además, estaban divididos en dos pedales; uno servía para detenerse a la hora de estacionarse y, el otro, para disminuir la velocidad.
La forma en que cargaba era a través de “rectificador de arco de mercurio”, el cual convertía la energía de la corriente eléctrica en corriente continua.
Este retificador era utilizado para recargar las baterías del Victoria Phaeton, mismo que, al ser puesto en función, emanaba una característica luz azul.
Por esa época, los autos que funcionaba con gasolina tenían muy mala fama, debido a que se consideraba que eran sucios y ruidosos pero, sobre todo, peligrosos, pues eran tan pesados que se decía que, cuando el conductor trataba de arrancarlo manualmente, podía sufrir el riesgo de romperse el brazo.
Los autos de gasolina no adquirieron popularidad, sino hasta hasta la creación del Ford Modelo T, pues costaba la mitad que un auto eléctrico.
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