La Antártida registró su día más caluroso desde 1961 con una temperatura de 18.3 grados según el Servicio Meteorológico Nacional de Argentina.
Al mediodía del jueves 6 de febrero, en la base de la estación científica Esperanza se registró la temperatura que supera el récord de 17.5 grados del pasado 24 de marzo de 2015 y cuyos niveles ponen en riesgo el casquete polar.
La especialista en ambiente mariano de Greenpeace, Frida Bengtsson, reaccionó a registro de temperatura en la Antártida afirmando que al igual que cualquier otra región en el planeta, se calienta, por lo que si bien impacta, no es sorprendente.
La década pasada cerró con 2019 como el segundo año más caluroso del cual se tenga registro y 2020 inició con la misma tendencia, siendo el mes de enero el más caluroso, reporta la agencia AFP.
Calentamiento global tras incremento de temperatura en Antártida
Tanto los casquetes polares de la Antártida y Groenlandia han perdido en conjunto 430 mil millones de toneladas de hielo por año desde 2006 debido al incremento de la temperatura consecuencia de la actividad humana que ha generado un aumento en el nivel de los océanos.
La permanencia de las zonas costeras y los millones de habitantes que ahí residen depende del casquete polar en la Antártida occidental, aunque los expertos en clima de Naciones Unidas ya advierten que a lo largo del siglo XX el nivel de los mares aumentó 15 centímetros y sigue creciendo a ritmo acelerado.
En la Antártida los científicos han mantenido bajo observación al glaciar Thwaites, considerado uno de los más grandes en la zona occidental y con mayores dificultades de acceso al planeta.
Para los expertos, si el glaciar se llegara a hundir el mar podría elevarse hasta 65 centímetros, aunque durante las últimas tres décadas de estudio, la cantidad de hielo desprendida se ha duplicado.
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