Un campeonato, pero sobre todo un boleto a Japón como representante de la región en el Mundial de Clubes de diciembre es lo que estará en juego esta noche en la Final de Concachampions entre América y Tigres en el Estadio Azteca.

Son distintos significados los que tiene ese boleto, pues las Águilas lo ven como símbolo de revancha y Tigres como primicia histórica. Si los capitalinos lo ganaron el año pasado pero hicieron el ridículo en Japón, los regiomontanos nunca han ganado esta competencia.

Con 2-0 a favor del América por la ida la semana pasada, el equipo de Ignacio Ambriz no solo busca el primer título para su entrenador sino además brindar el primer gran regalo a su afición en el año del centenario del club.

Contra la pared, Tigres también tiene motivos que no son poca cosa y radican sobre todo en el intento de no convertirse en el nuevo subcampeonísimo por la final de Copa Libertadores y de Apertura 2015 que perdieron el año pasado, más allá de la del Apertura 2014 contra América en la que también cayeron.

Después de ese enfrentamiento, los Tigres han cosechado ligeramente mejores resultados frente a los de Coapa pues luego ganaron 1-0 en el Azteca, perdieron por el mismo marcador en ese inmueble y luego ganaron 4-1, esto último en la Jornada 8 de este torneo en el Universitario, además de la derrota en el partido de la semana pasada por el primer capítulo de esta final.

El cuadro azulcrema además busca convertirse en el líder histórico de campeonatos de Concacaf porque tiene seis títulos como Cruz Azul.

Lo que promete la definición del torneo es espectáculo porque el visitante estará necesitado de atacar ante unas gradas en las que se espera una entrada a la altura de las expectativas niponas de ambos planteles, entre los más caros del futbol mexicano.