El Alzheimer no destruye memorias específicas, sino que las vuelve inaccesibles. Esto parece evidenciar un estudio dado a conocer esta semana por el equipo del premio Nobel Susumu Tonegawa, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
Los experimentos, realizados en ratones, muestran que al estimular con luz azul áreas específicas del cerebro, se puede lograr que los animales recuerden experiencias a las que antes no podían acceder.
“Debido a que humanos y ratones tienden a tener principios comunes en términos de memoria, nuestros descubrimientos sugieren que los pacientes con Alzheimer, al menos en sus primeras etapas, pueden conservar la memoria en sus cerebros, lo que indica que tienen posibilidades de curación”, dijo Tonegawa a la agencia AFP.
Las revelaciones “han hecho añicos un paradigma de 20 años sobre cómo pensamos en el Alzheimer”, dijo Rudy Tanzi, profesor de neurología de la Universidad de Harvard que no está involucrado en la investigación, al Boston Herald.
Mecánica de la investigación
El equipo de Tonegawa utilizó ratones genéticamente modificados que muestran síntomas similares a los de los humanos que sufren Alzheimer, una enfermedad degenerativa del cerebro que afecta a millones de adultos en el mundo.
Los animales fueron puestos en cajas por cuya superficie inferior pasa un bajo nivel de corriente eléctrica, causándoles una descarga desagradable pero no peligrosa en sus extremidades.
Un ratón no aquejado del mal tiene un comportamiento temeroso cuando lo regresan al mismo recipiente 24 horas después, anticipando de esta forma una sensación desagradable.
Los ratones con Alzheimer no reaccionan de la misma forma, lo que indica que no guardan memoria de la experiencia.
Pero cuando los investigadores estimulan áreas específicas de los cerebros de los animales -las llamadas “células de engramas” relacionadas con la memoria- usando una luz azul, sí recuerdan la sensación desagradable.
El mismo resultado se observó incluso cuando se colocaban los animales en un recipiente diferente durante la estimulación, lo que sugiere que la memoria había sido retenida y se activó.
“La memoria de los ratones fue recuperada a través de una señal natural”, dijo Tonegawa, refiriéndose al recipiente que causaba el comportamiento de temor.
“Esto significa que los síntomas de la enfermedad de Alzheimer en el ratón fueron curados, al menos en su primeros niveles”, señaló.
La estimulación óptica de las células cerebrales -técnica llamada “optogenética”- ha sido usada previamente en tratamientos psicoterapéuticos para enfermedades mentales como la depresión mental y el trastorno de estrés postraumático.
Lo que viene
Doug Brown, director de investigación de la Alzheimer’s Society, advirtió a The Guardian que todavía la técnica no se puede traducir en un procedimiento seguro.
“Si bien interesante”, dijo, “los aspectos prácticos de este enfoque de usar una luz azul especial para estimular la memoria, significa que todavía estamos a muchos años de saber si será posible recuperar los recuerdos perdidos en las personas”.
Al presentar su investigación Tonegawa le dijo a MIT News: “Es posible que en el futuro se desarrolle una tecnología que permita activar o desactivar las células profundas dentro del cerebro, como el hipocampo o la corteza entorrinal con más precisión (…) La investigación básica como ha sido llevada a cabo en este estudio proporciona información sobre las poblaciones de células a las que se debe apuntar, lo cual es crítico para los futuros tratamientos”.