A Matías Almeyda se le nota que el empate a uno ante Cruz Azul le sabe agridulce. Su equipo pelea por no descender y cada punto que deja en el camino puede resultar crucial en esa batalla. Admite que no puede estar sereno tras dos empates en el Clausura 2016.

“Quien esté tranquilo en estos momentos, cometería un gran error”, admite el estratega del Guadalajara. “Debemos trabajar en corregir las pifias y acrecentar nuestras virtudes y no ver a los demás”.

El trámite del duelo entre La Máquina y el Rebaño Sagrado lució de toma y daca. Chivas fue mejor en el inicio y luego los cementeros pusieron un balón en el poste que pudo ser decisivo. El argentino reconoce que “veníamos por los tres puntos”, pero al final evalúa que la igualada hizo honor a la justicia acerca de lo sucedido.

“Arrancamos mejor que el rival, nos pusimos en ventaja y éramos mejores; el gol de ellos cayó por errores propios”, analiza. “El empate termina por ser bastante justo”.

Sin embargo, “veníamos a sacar la victoria, ahora lo que nos toca es asegurar los partidos en casa, pero el punto nos sirve para seguir sumando, que es lo importante”.

El estilo de juego lo pondera Almeyda. Le da importancia, porque, según sus palabras, el Guadalajara tiene un accionar agradable que busca siempre el marco rival, sin importar la condición de local o visitante, ni el rival.

“El equipo manda un mensaje positivo en este momento”, anuncia. “El jugador está participando como si fuera un hincha, protegiendo el escudo que lleva puesto, que es como la gente quiere verlo”.

Aunque aclara que ante Cruz Azul, “estuvimos medio imprecisos. La última decisión como en la vida, no es fácil, y cuando atacábamos po