Lynette Kucsma jura que no fue su intención replicar al “sintetizador de comida” de “Star Trek”, con el que el capitán Kirk hacía aparecer de inmediato el bocadillo que deseaba.
Sin embargo, lo cierto es que Kucsma, cofundadora de Natural Machines, está ofreciendo una máquina bastante parecida: una impresora tridimensional de comida.
El artefacto, llamado Foodini, fabrica comida mediantes capas de ingredientes que salen de distintos grifos, como por ejemplo raviolis, bizcochos, o trozos de pollo frito. La compañía dice que incluso se pueden cocinar alimentos más complejos como hamburguesas, pero no queda claro cómo funcionaría eso a través de los grifos.
El Foodini es también capaz de vincularse a otros artefactos. “Uno puede imprimir recetas de un chef que esté al otro lado del mundo”, dijo Kucsma.
La empresa, con sede en Barcelona, está ofreciendo el Foodini especialmente para chefs por entre 1.500 y 2.000 dólares. Después se lanzará una versión para gente común.
“Creemos que en entre 10 y 15 años las impresoras de comida serán tan comunes en las cocinas como los hornos microondas”, expresó Kucsma.