MUNICH, Alemania.- El agresor de 18 años que abrió fuego en un abarrotado centro comercial y un restaurante de comida rápida de Múnich estaba obsesionado con los tiroteos masivos, según dijo el sábado la policía. El tirador mató a nueve personas e hirió a 16 antes de suicidarse.
Los investigadores registraron durante la noche del hombre iraní-alemán y encontraron una cantidad significativa de libros sobre asesinatos masivos, incluido un libro titulado “Rampage in Head: Why Students Kill” (“Destrucción en mi cabeza: Por qué matan los estudiantes”). No se encontró ninguna prueba de que el sospechoso estuviera relacionado con grupos extremistas como Estado Islámico.
“Estaba obsesionado con tiroteos destructivos”, dijo a la prensa el jefe de la policía de Múnich, Hubertus Andrae.
Los investigadores también encontraron indicios de que el sospechoso, nacido en Múnich, había sufrido problemas psicológicos y recibió tratamiento, aunque los detalles aún se estaban confirmando, señaló el fiscal de la ciudad Thomas Steinkraus-Koch.
El ataque en la capital de Baviera activó una enorme operación de seguridad después de que las autoridades —ya en alerta tras los recientes ataques en Wurzburgo y Niza, Francia— recibieran avisos de testigos sobre varios tiradores con rifles poco después de las 6 de la tarde (1600 GMT). Ocho horas más tarde, la policía declaró un “todo despejado con cautela” indicando que el sospechoso estaba entre los 10 muertos y probablemente actuó sólo.
La canciller alemana, Angela Merkel, tenía previsto presidir una reunión el sábado del gabinete de seguridad de su gobierno.
En un edificio de la calle Dachauer que fue registrada por la policía el sábado por la mañana, un vecino describió al sospechoso como “muy silencioso”.
“Nunca decía más que ‘hola’. Todo su lenguaje corporal era el de alguien muy tímido”, dijo Stephan, propietario de una cafetería y que sólo quiso dar su nombre.
“Nunca entró en la cafetería”, añadió. “Sólo era un vecino y sacaba la basura, pero nunca hablaba”.
Unos 2 mil 300 policías de toda Alemania y la vecina Austria fueron desplegados en respuesta al ataque, que se produjo menos de una semana después de que un solicitante de asilo afgano de 17 años hiriera a cinco personas con un hacha y un cuchillo, en una agresión que comenzó en un tren regional cerca de la ciudad bávara de Wurzburgo. El grupo Estado Islámico reclamó la autoría del ataque del tren, pero las autoridades han dicho que el joven —que murió abatido por la policía— probablemente actuó solo.
Andraes señaló que el cadáver del hombre fue hallado aproximadamente dos horas y media después del ataque, que comenzó poco antes de las 6 de la tarde (1600 GMT) en un McDonald’s situado enfrente del centro comercial.
Un video tomado por un celular y subido a internet mostraba al sospechoso vestido de negro, de pie en una zona de aparcamiento del centro comercial e gritándose con la persona que graba. En un momento dado, el hombre exclama “soy alemán” y hace varios disparos. La policía cree que el video es auténtico, señaló Andraes.
David Akhavan, de 37 años y procedente de Teherán, en Irán, que trabaja en el restaurante Shandiz Persian, describió su angustia al saber del tiroteo.
“Empecé a recibir mensajes de amigos que me preguntaban si estaba a salvo”, comentó. “Entonces empecé a pensar: ‘por favor, que no sea un musulmán. Por favor, que no sea de Medio Oriente. Por favor, que no sea afgano’. No acepto nada de esta violencia”.
Testigos dijeron que vieron a tres hombres con armas de fuego cerca del centro comercial Olympia Einkaufszentrum, pero el jefe de policía indicó que otras dos personas que se alejaron del área rápidamente fueron investigadas pero “no tuvieron nada que ver con el incidente”.
Franco Augustini, un vecino de la zona, dijo que su hija se había escondido en el centro comercial durante el ataque.
“Cerca de nuestro piso había una mujer que estaba cubierta de sangre”, dijo Augustini. “Mi esposa tenía una botella de agua. Entonces ayudamos a lavarla. Fue horrible y me dejó sin palabras”.
El alcalde de la ciudad, Dieter Reiter, declaró el sábado un día de luto por las víctimas del tiroteo.
“Estas son horas difíciles para Múnich”, dijo, añadiendo que los habitantes de la ciudad habían mostrado una gran solidaridad unos con otros. “Nuestra ciudad se alza unida”.
Siete de las víctimas mortales eran adolescentes y los otros dos eran un hombre de 20 años y una mujer de 45. Andrae, dijo el jefe de policía. Todos eran residentes en Múnich.