PERÚ.- Todos los días, al menos hasta donde se hace público, los casos de mujeres agredidas no dejan de sorprender; violaciones, abusos, muerte, esa es la realidad que vive la mujer y al peligro al que es sometida por hombres machistas, gobiernos sin justicia y el acceso sin restricciones a la privacidad, como en las redes sociales.
En este último caso ¿hasta dónde es responsabilidad de los padres o las mismas afectas cuidarse?
El más reciente hecho asombra e indigna, todo luego de que una niña de 15 años fuera abusada sexualmente por “amigos” que conoció a través de Facebook.
Luego de supuestamente llegar a conocerse con varias pláticas por esta red social, la menor de origen peruano decidió encontrarse en persona con su “amigo”; sin embargo, éste y otro sujeto la convencieron de ir a un hotel, en donde se presume la emborracharon para violentarla.
Los supuestos criminales, uno de ellos identificado como Diego Armando Huilca Vilca, de 19 años, grabaron el abuso y publicaron el video en el grupo cerrado de Facebook llamado “Scuaru”.
Entonces las autoridades de Perú atendieron el caso por el que Judith Salazar, madre de la víctima pide justicia, y aprehendieron a Huilca Vilca, aunque el otro joven, quien contactó a la niña, aún es buscado por la justicia.
De acuerdo con medios locales, la menor tiene graves heridas físicas y también presenta comprometidos daños en sus zonas íntimas.
Además, las autoridades hallaron en el celular de Huilca Vilca conversaciones con sus contactos a quienes les compartió fotos antes, durante y después de la violación. ¡Indignante!
Este es otro acto más de injusticia contra una mujer, contra nosotras, contra todas, porque si eso les pasó a ellas, nada nos aleja entonces de que pasemos algo similar.
Si las autoridades de este país y el resto dieran una respuesta oportuna al llamado de protección, la historia sería diferente.
Tal como el caso de Valeria, la niña mexicana que fue encontrada muerta y agredida sexualmente en una combi luego de subirse a una ruta de transporte, ella a la que su historia de sufrimiento terminó en injusticia y muerte, sin culpables y sin delito que perseguir.
José Octavio Sánchez Razo, el hombre que presuntamente abuso de ella y que estaba bajo proceso de investigación fue encontrado sin vida en la celda del Centro de Prevención y Readaptación Social; entonces la autoridad ha hablado…”No hay delito que perseguir”.
Y las preguntas surgen, si Valeria subió a una combi que debe estar regulada, tiene dueños concesionarios y además, ¿de vedad no hay nada más que investigar?.
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