“Mesa que más aplauda”
Y tras una algarabía en el Seminole Hard Rock Hotel & Casino en Florida, la mesa que más aplaudió fue la de los mexicanos que con toda su buena vibra y con la luz irradiando en la bella figura de Andrea Meza, trajo consigo la merecida corona para la chihuahuense.
Y es que nada se logra por artes mágicas o por alguna brujería; mucho menos por el deslizar de dineros por abajo del agua o mucho menos acariciando la rodilla por debajo de la mesa. Quienes seguimos la trayectoria de Andrea sabemos que al llegar a la competencia ya traía consigo una serie de cualidades que eso sí, fueron perfeccionándose con el apoyo de consejeros, personal especializado en eventos de belleza, maquillistas, entrenadores, etcétera. Andrea fue un diamante que se dejó pulir a conciencia y sin oponer resistencia. Cada una de las fases por las que transitó significó un desafío para una mujer que siempre demostró una increíble seguridad en lo que hacía… ¿miedos? Seguro los tuvo, y estos tal vez fueron los mismos que le surgieron cuando participó en Miss mundo 2017 donde fue finalista y también llamada Miss Mundo América; en Miss México 2017 y Mexicana Universal 2020.
Detrás de todo triunfo siempre existe un poco de inseguridad, sin embargo, su sonrisa plena en cada evento y sus claras respuestas fueron tan contundentes que de a poco se fue ganando ya no sólo el puntaje definitivo, sino la credibilidad de quienes desde sus aparatos móviles, televisores, el periódico o la radio, seguían muy de cerca el combate de belleza. Verla surgir con ese traje de alebrije, obra magnánima de Avelino Roque Osorio, diseñador de modas oaxaqueño, fue como ver a una diosa del panteón prehispánico manifestando su poderío. Su garbo, su presencia, su andar seguro, su braceo indispensable hicieron de aquel traje toda una atracción a las miles de pupilas que desde todas partes del mundo quedaron ya no solo fascinados, también deslumbrados ante el colorido de nuestra cultura… ¿qué es México como para sentirnos tan orgullosos? Seguro no lo es una brillante corona sobre la cabeza de la norteña, no lo creo. Lo que sí creo y creemos todos, es esa profunda gama de cualidades que poseemos ya no sólo como seres humanos, sino como país, como comunidad, como seres tan solidarios. México es un punto y aparte en el mundo, un sitio al que miles quisieran venir y conocer.
Y justo cuando el jurado conformado por puras damas, entre ellas la modelo puertorriqueña Zuleyka Rivera, por cierto, miss universo 2006; la economista colombiana Tatyana Orozco y la bailarina Keltie Knight, estaban por dar el veredicto final, acá, en todo México, se podía escuchar un:
♬♫Y los doctores, zaza… Y los ingenieros, zaza…Y los licenciados, zaza…Y los arquitectos, zaza… Los contadores, zaza…Y los maestros, zazaza♬♫
Y con toda esa algarabía en pleno, México era la mesa que más aplaudía, haciendo que finalmente las damas de la sabiduría, las de la última palabra, terminaron por decir que la mexicana era la que representaba la belleza universal.
Por tercera ocasión la nación azteca se apodera de la corona que dicta que para bellezas, las de México. Y es que en cada uno de los eventos de coronación las emociones de los connacionales fueron tan al límite. Inolvidable, por ejemplo, ver a Lupita Jones allá por 1991 bellamente ataviada luciendo unos hermosos aretes rojos tan largos como las conmociones de todos. A Ximena Navarrete con su vestido rojo tan entallado que hacía lucir su belleza física. Y así, tanto el AladdinTheatrefor the PerformingArts en las Vegas, Estados Unidos, donde se coronara la primera; el MandalaBayEvents Center donde triunfara la segunda; y elSeminoleHard Rock Hotel & Casino en Florida, donde la tercera, se convirtieron en recintos emblemáticos para cada una de ellas que con el orgullo a flor de piel, externaron esas sonrisas tan amplias que representaban no sólo un logro personal, sino nacional.
En una entrevista, la jalisciense, Ximena Navarrete dijo que Nosotros, los mexicanos, podemos hacerlo y tenemos todas las herramientas, todas las aptitudes, todas las cualidades. Simplemente es eso, reconocer que hay talento en nuestro país.
México, al igual que el resto del mundo posee bellezas femeninas que suelen ser iconos en las pasarelas. Igual las hay quienes lo son en la economía, en las artes, en el mundo de la ciencia y en el hogar. Existen mujeres que parecieran anónimas, mujeres que desde el seno de un hogar sacan esa belleza femenina que las hace grandes desde su punto, desde su estancia, desde dentro de ellas mismas. Estas tres damas representan la belleza mexicana, sin embargo, dentro de esa aparente frivolidad que son los eventos de belleza, no se deja ver lo interior más que muy poco, ese es el que se vive en la intimidad. Y es que la mujer mexicana ha sido desde siempre un baluarte, un ejemplo a las naciones. Siendo ejemplo de fidelidad, no sólo han ido mano a mano con sus esposos en la crianza de los hijos, también se han abierto camino en el mundo progresista del México moderno y ello, ello se festeja como en los grandes eventos… y es que para mujeres, las de México, sí señor. Adieu.
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