NUEVO LAREDO.- El deseo de poder ir a Estados Unidos en busca de una mejor calidad de vida, orilla a decenas de migrantes provenientes de Cuba principalmente, a aguardar en las instalaciones del Puente Internacional número I Puerta de las Américas, en donde soportan las bajas temperaturas que han prevalecido en la ciudad.
Uno de esos casos es el de Yaima, una cubana quien se encuentra embarazada de su segundo hijo y además tiene una pequeña de siete años, ambas en compañía del esposo de la mujer, esperan pacientemente en el área el momento en que sean solicitados por las autoridades norteamericanas.
“Estamos con frío, se nos está haciendo bastante pesado, sí han venido a dejarnos agua y galletas, pero tenemos que esperar aquí, no nos han dicho nada las autoridades de Estados Unidos”, comentó Yaima, quien visiblemente sufría por las bajas temperaturas.
A su lado estaba su pequeña hija, quien sin entender la situación por la que pasan sus padres para darle una mejor vida, comía una galleta mientras estaba sentada en un campamento hechizo en el piso del cruce internacional.
Junto a ellos, varios compatriotas más esperaban pacientemente en el área, mientras atajaban la fuerza del viento con unas lonas amarradas a la estructura del puente internacional y unas cobijas colocadas en el suelo, en donde se sentaron a esperar la tan ansiada respuesta.
En el área había al menos una docena de personas, entre hombres mujeres y niños con chamarras, bufandas y ropa gruesa, mientras los pequeños ingerían galletas y agua que la población les ha brindado durante su estancia.
El esposo de Yaima, quien prefirió omitir su nombre, explicó tanto su esposa como su hija pasaron la noche en un hotel, para evitar las gélidas temperaturas y se decidieron a salir de Cuba ante las medidas que están tomando las autoridades de su país.
“Allá estamos (en Cuba) siendo acosados por el cambio de medidas de ley, tenemos allá mucha represión y como ella está embarazada esos disgustos no le hacen bien, hemos tenido problemas con las autoridades, nos cerraron el restaurante y decidimos irnos, no podemos estar en esa incertidumbre de estar arriesgándonos, estamos esperando el asilo político, no se puede seguir tanto tiempo aguantando eso”, declaró el hombre.
Mientras ellos relataban un poco de lo que han sufrido en Cuba, sus compatriotas preferían evitar las cámaras, tal vez por temor a las autoridades de su país, tal vez pensando que su proceso de internamiento se entorpecería, sin embargo queda claro que a pesar de las condiciones del clima, ellos aguardarán pacientemente el momento de poder pisar suelo norteamericano.
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