Momo es la nueva creación viral que ha llevado a varios jóvenes al suicidio y se alimenta por usted que ahora lee. Lo favorece conla notable apatía al no darle valor a la cercanía que debería tener por la hija o hijo adolescente, sí, ese que recogerá en un par de horas en el colegio o con el que nunca conversa de cosas importantes.
Momo, no es otra cosa que un rostro grotescamente diseñado para causar una perturbación emocional. Las víctimas suelen recibir una llamada a altas horas de la noche. Comúnmente en el idioma de quien contesta. Se les atemoriza y casi se les obliga a cumplir una serie de retos. Es un engaño que vive en las redes y se alimenta de la dejadez paternal o maternal;del egoísmo, de la vanidad, de creer que administrar un hogar es mucho más importante que ministrarlo.
Nuestros jóvenes se están matando porque se encuentran en el abandono. Las redes sociales literalmente los han secuestrado arrancándolos del seno familiar como si fuera una extracción extraterrestre. De un tiempo acá se han convertido en entes que viven inmersos en una pequeña pantalla que aparte de dañarles la vista, le han robado el alma. No, exageración no es. La gran mayoría de los padres de familia saben que sus hijos se han vuelto fríos y que en dado momento defienden sus aparatos móviles como si se tratara de su misma vida. El celo con el que guardan sus contraseñas es de temerse. Cuidan hasta el más mínimo detalle al momento de poner un estado de WhatsApp o subir una fotografía al Facebook. La situación se agrava cuando los tutores son víctimas del mismo mal.
Una gran mayoría de los secuestros de señoritas están relacionados con las redes sociales. Ni qué decir de la proliferación de la pornografía infantil y extracción de menores de los hogares donde muchos usuarios que a detalle brindan hasta el último rincón de sus casas.
No se exagera cuando decimos que muchos de nuestros jóvenes se están matando a capricho. Bien puede ser a capricho de ellos mismos o de los padres de familia. ¿Somos nosotros o son las redes sociales los que los están guiando y educando? Del otro lado de la pantalla siempre habrá alguien en busca de “Ayudar” al que no es comprendido en casa.
No hace mucho el ruso Philip Budeikin llevó al suicidio a una buena cantidad de jovencitos que se dejaronembelesar por un reto viral en redes denominado “La ballena azul”.El hoy prisionero poseía el don del convencimiento por medio de la seducción. Sus víctimas solían ser personas insociables y faltas de afecto. Personas en las que la violencia familiar y el abuso eran las características perfectas para hacerles saber que ningún significado positivo tenía seguir viviendo. Por medio de una sencilla invitación que llevaba a otra creaba una cadena de acciones que culminaban en una que simplemente invitaba a la muerte.
Elegida la víctima invitaba a salir a la calle a dar un paseo. Tres vueltas a la cuadra a las diez de la noche eran suficientes. Al día siguiente los retaba a rechazar la cena. Le seguía subir a un edificio de mediana altura a una hora del día y pararse en el borde viendo el abismo. Les hacía ver que no eran importantes para nadie y que lo mejor era aceptar su miseria y arrojarse al infinito.
Sin duda es la adolescencia la época en la que se ponen los cimientos de los sueños que se harán realidad en el futuro. Es la edad del apego y del sentimentalismo. Las redes sociales son frías y malignas cuando no se utilizan de una manera sabia. Usar las redes de modo inteligente no se le enseña a los jóvenes en la escuela, eso viene directamente del hogar, sí, de usted que ahora lee y cree que todo esto de los retos en redes no es más que una fantasía y chifladura juvenil.
Antes de salir de este portal piense analíticamente sobre su situación en casa, sobre su posición como madre o padre de familia, como hermano mayor o como amigo. No hay nada más hermoso que podamos brindar, que una buena palmada al que cree que está solo. Cuando veamos a un joven de apariencia desolada y vestido muy a su modo, antes de criticar pensemos si su andar es hacia su casa o hacia la realización de una parte o culminación de un reto viral que posiblemente lo llevará a la muerte.
No espere ver a su hijo en la nota roja y en primera plana al día siguiente. Toque la puerta de su habitación, dele un abrazo, las buenas noches, eso bien podría trastocar una intención planeada para la media noche. Adieu.
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