México tiene poco que enseñar a los venezolanos en materia de derechos humanos y políticos. Menos aún puede contar con calidad moral para “sancionar” como pretende. Una somera revisión de la situación del país –con 160.000 asesinados, 30.000 desaparecidos, 310.000 desplazados y, entre otros datos oficiales, 120 periodistas asesinados desde 2007– podría colocar al gobierno mexicano en una situación más cuestionable que la del venezolano.
¿Por qué se arriesga entonces el gobierno del mexicano Enrique Peña Nieto a un ridículo internacional?La clave está en el proceso de integración subordinada a Estados Unidos que las elites de México han terminado por aceptar.
Desde 1994, las cúpulas políticas y económicas abrazaron de manera entusiasta este proceso con la puesta en marcha del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Desde entonces trabajaron para que otras elites renuentes finalmente se “convencieran”. Las últimas en aceptarlo fueron las militares.
El proceso de convencimiento se realizó en tres ejes:
- Cursos de adiestramiento, estudios y capacitaciones en Estadios Unidos.
- Recursos económicos y equipo para operativos (a través de la Iniciativa Mérida los cuerpos castrenses y policiacos recibieron 2.500.000 de dólares).
- Ejercicios conjuntos entre tropas estadunidenses y mexicanas.
Las tres Fuerzas Armadas Permanentes del Estado mexicano (el Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada) han enviado a Estados Unidos, en los últimos 10 años, 4.457 efectivos a adiestrarse en más de 600 cursos de inteligencia, contrainteligencia, maniobras de plana mayor, entrenamientos tácticos, manejo de explosivos y operación de naves de tierra, mar y aire.
De acuerdo con documentos obtenidos de las dos secretarías de Estado que administran y organizan a las Fuerzas Armadas Mexicanas, son 3.160 soldados y 1.297 marinos los que han sido enviados a capacitarse a Estados Unidos.
Sólo el año pasado los militares enviados sumaron 831 (477 soldados y 356 marinos). Y hasta la primera mitad de 2017, las tropas mexicanas capacitadas en la Unión Americana son 388: 134 soldados y 254 marinos.
Los cursos tienen lugar en instalaciones del Comando Norte de Estados Unidos (USNORTH, por sus siglas en inglés). Precisamente este Comando considera al territorio mexicano parte de su teatro de operaciones. Los militares mexicanos rechazaron en un principio que algún día se verían inmiscuidos en conflictos internacionales. Pero después vinieron los ejercicios militares conjuntos entre tropas de ambos países y, posteriormente, el estreno de cascos azules mexicanos en misiones de Naciones Unidas. Incluso México ha construido un Centro de Adiestramiento ex profeso para las tropas que enviará al extranjero.
Ahora, desde los círculos castrenses de Estados Unidos y de México, se señala que “lo natural” para los mexicanos es que soliciten su incorporación a la OTAN. Ya no suena descabellado. De no cambiar el rumbo que han tomado sus últimos gobiernos, México será parte de esa alianza militar. Y los “manotazos” que cree que puede dar en Venezuela sólo serán el principio de una política exterior “más activa”, como gustan decir sus promotores.
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