En 2018 deberán quedar listas las obras de infraestructura de la primera fase del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), pero ello no significa que entrará en operación en ese año, señaló Raúl González, director corporativo de Infraestructura de Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), organismo encargado del proyecto.
La nueva terminal aérea, dijo, requerirá al menos 2 años más para la fase de pruebas para que en 2020 empiece a mover 68 millones de pasajeros anualmente.
En ese año, según el calendario de obras, tendrán que estar terminadas tres pistas paralelas para despegues y aterrizajes simultáneos, 94 puestos de estacionamiento de aeronaves de contacto, 42 puestos de estacionamiento de aeronaves remotas, todo lo cual permitirá realizar 550 mil operaciones por año.
Durante un recorrido por la zona en donde se construye la futura terminal aérea, el funcionario dijo que por lo pronto este año habrá de concluirse obras como el campamento del GACM, los caminos de acceso provisionales, el drenaje pluvial temporal y el retiro de materiales de escombro de estas primeras obras.
Anunció que entre marzo y junio habrá de licitarse un conjunto de obras entre las que se incluyen: la cimentación de la terminal aérea; las pistas 2 y 3; la adquisición de equipos para pruebas; la cimentación y la construcción de la torre de control; y, los equipos de la torre y centro de control.
Con las obras que habrán de concluirse este año, el megaproyecto tendrá un avance del 3%.
El director corporativo de Infraestructura de Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), reconoció que el nuevo aeropuerto “si se va a estar hundiendo (entre 8 y 10 centímetros por año), pero si se hunde parejo no hay problema”.