NUEVO LAREDO.- Carlos Adalid Chicas Alfaro es un hondureño que emigró desde hace casi dos meses de su tierra natal en busca de una mejor vida, sin embargo, al intentar cruzar el Río Bravo no lo logró y quedó a medio camino.
Comentó que a su regreso fue agredido por varios sujetos hasta quedar tirado casi inconsciente, hasta que llegaron rescatistas de Cruz Roja, Bomberos y Protección Civil, y fue una de estas instituciones que lo llevó al Hospital General para quedarse allí a recuperación.
Durante la paliza, sufrió fracturas en diferentes partes del cuerpo, la más grande en el pie derecho por lo que quedó casi un mes encamado hasta que pudo ser dado de alta, pero nadie iba por él debido a que toda su familia está en Honduras, papás, hijos para quienes busca una mejor vida, pero por ahora está atrapado encamado ya que no puede caminar.
Luego de un mes de estar en el hospital y ser dado de alta, fue trasladado a la Casa del Migrante AMAR de Nuevo Laredo, donde se recupera, ya que aún no puede caminar.
El albergue AMAR auxilia a los enfermos que quedan olvidados en el Hospital General, y en su mayoría son extranjeros que llegan sin familia a esta frontera.
El pastor Aarón Méndez, mencionó que al año han logrado rescatar hasta diez personas que quedan olvidadas en el hospital, los albergan en la casa del migrante hasta que se recuperan, hay algunos que se quedan todavía en la instancia saliendo a trabajar, mientras que otros regresan a su lugar de origen.
“Nos llaman del hospital para sí podemos ver a los pacientes y traerlos aquí. Si no tienen ninguna enfermedad contagiosa o sea complicada su recuperación lo hacemos, si no pues no los podemos albergar”, dijo el presidente de AMAR.
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