17 cosas que hacer cuando veas que estás a punto de ser despedido

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Deseamos que ninguno de nuestros queridos lectores haya pasado por la terrible experiencia de ser despedido en un trabajo. Según el caso puede llegar a ser un momento traumático, como también lo son esos momentos previos en los que te das cuenta que te puede tocar. Aquí tienes algunos consejos antes de que ocurra.

Si llevas poco tiempo en tu lugar de trabajo es posible que no lo veas venir. Normalmente no conoces lo suficiente a tus compañeros y superiores como para percibirlo. En cambio, si llevas un tiempo razonable en la empresa o lugar de trabajo, es posible que sí, que todas las pistas te indiquen que tus días allí pueden estar contados.

Lo cierto es que la experiencia es bastante miserable. Desde entonces resulta complicado concentrarse y quitarse de la mente que de un momento a otro estarás sin trabajo. Sin embargo, una vez que hemos detectado esas señales inequívocas que nos llevan al despido, podemos comenzar a tomar una serie de medidas.

Estos son los 17 consejos que dan desde Business Insider sobre cómo manejar la posibilidad de que vayamos a ser despedidos:

1. No te asustes

Parece obvio, pero lo normal es asustarse cuando nuestro alarma se enciende. Para Lynn Taylor, autor de Tame Your Terrible Office Tyrant, antes de sacar conclusiones extrañas y comenzar a volvernos locos, hablemos con nuestros superiores o con el jefe. Es importante en este punto huir del ruido del resto de compañeros, debemos acudir a la fuente principal para obtener una lectura cara a cara de lo que ocurre.

2. Inicia una conversación neutral con el jefe

Una vez que has dado el paso de hablar con el jefe es la oportunidad perfecta para plantearle tus preocupaciones y hacerle preguntas. Para Michael Kerr, autor de The Humor Advantage, ir con una mente abierta y con sugerencias constructivas podrían cambiar la situación. Por ejemplo ofrecer nuevas opciones o caminos que puedan hacer ver que te preocupas por la empresa y así cambiar la visión de los directivos.

3. Preguntar al jefe para obtener una respuesta honesta

Kerr dice que llegados a un punto, lo mejor es hablar directamente y sin rodeos. Muchas veces es mejor escuchar, “incluso si no es lo que quieres escuchar, no saber es peor que saber”. Se trata de no tener miedo a hacer preguntas.

4. No confíes en todo lo que dice tu jefe

Sí, debes hablar con tu jefe, pero también es importante recordar que muchas veces no puede ofrecer una respuesta honesta, sobre todo si se trata de la posibilidad de despedirte.

5. Hacer el trabajo lo mejor posible

Quizás es de los puntos más complicados. Tratar de no distraernos con la negatividad y centrarnos en nuestra tarea. Lynn Taylor dice una obviedad que no deja de ser cierta: “concentrarse en hacerlo lo mejor posible es la fórmula más eficaz y posiblemente nuestra única arma para obtener algo de seguridad laboral”.

6. Aumenta tus recursos

Además de hacer nuestro trabajo, también podemos intensificar nuestra “partida” de otras maneras. Kerr habla de llevar a cabo iniciativas adicionales, ofrecerse para otras tareas y funciones o mantener una actitud profesional . Taylor también añade como sugerencia hacer algunas horas extras cada semana para demostrar dedicación, algo no exento de polémica dada la propia precariedad de la situación.

7. Mantener informado a tu jefe y el resto

Dejar que nuestro entorno en la empresa tenga información constante sobre el estado de nuestro trabajo y proyectos de forma regular. Además, podemos pedir consejo con regularidad.

8. Aprender las habilidades necesarias

Si crees que puedes avanzar en tu situación tomando un curso, no lo dudes y lánzate a por él. Quizás, señala Taylor, tener nuevas habilidades competentes consiga retenernos en el puesto de trabajo, y en el caso de que no, nos puede servir para el próximo trabajo.

9. Tratar de ser más fuerte (mental y físicamente)

Para Taylor se trata de ver este punto como un reto:

A veces enfrentar los obstáculos puede ser el momento de un cambio completo y catapultarnos a un nuevo nivel de éxito. Puede o no ser en esta empresa, pero nos ofrecerá una mejor posición. Asegúrate de que estás trabajando bien, comiendo bien y durmiendo lo suficiente. Quieres producir resultados sólidos y tomar decisiones sensatas, así que construye las mejores probabilidades.

10. Documentar todo

Mantener un archivo en el ordenador de nuestras tareas en el trabajo es una buena política, independientemente de la situación laboral. Pero es que además puede ser útil si un jefe quiere despedirte sin motivos legítimos. En el caso de los derechos a una indemnización (según estipule el contrato), la documentación puede ser clave.

11. Mantenerse visible

Contrario a lo que se suele hacer muchas veces, Taylor apuesta por mantenernos visibles en el trabajo cuando sintamos estar en riesgo. Se trata de hacer todo lo posible por mantenerse activos en la empresa y que se aprecie en los superiores.

12. Jamás asumir que se está a salvo

Incluso si llevas a cabo todos estos pasos, nunca debemos asumir que estamos a salvo de un despido. Kerr apuesta por mejorar nuestras funciones y estar abierto a las oportunidades que ofrezcan desde el trabajo para mejorar nuestra capacitación.

13. Comenzar a trabajar en el currículum y buscar referencias

Si existe una posibilidad de perder el trabajo pronto, lo más prudente es comenzar a actualizar el currículum y añadir referencias de compañeros y gente del oficio. No tiene que ser tu supervisor inmediato, podría ser alguien con quien has trabajado durante muchos años que esté dispuesto a apoyarte cuando empieces a buscar un nuevo trabajo.

14. Comenzar a “empaquetar”

Cuando estás a punto de ser despedido es conveniente iniciar de manera cautelosa la recogida de efectos personales y trabajo o archivos al que quizá no podamos acceder el día del despido.

15. Dar prioridad a la salud

Otra obviedad que se suele olvidar bajo estas circunstancias. Mientras estamos en la empresa es posible que podamos acceder a paquetes de seguros como las citas con un médico o el dentista privado. Debemos de hacer uso de ellas… por si acaso.

16. No dejes el trabajo antes de estar seguro

A menudo y bajo la presión de sentirse fuera, se toman decisiones irracionales como dejar el trabajo por miedo a ser despedido. Podemos llegar a no estar en riesgo aunque así lo creamos.

17. Decidir si vale la pena luchar por el trabajo

El último de los consejos nos lleva a la eterna pregunta, ¿realmente vale la pena lo que hago cada día? Si sabes que estás haciendo un buen trabajo y aún así no estás contento, quizás no vale la pena perder el tiempo y la energía en tratar de convencer al jefe de que no nos despida.

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