“Yeimy, una más”

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Como sociedad nos hemos creado monstruos para hacernos daño a nosotros mismos. Nos hemos engendrado hombres machistas, mujeres obscenas,violadores y perversos pedófilos como si fuera una necesidad.Sin duda alguna de no existir, algo nos haría falta en nuestro día a día. Creo enloqueceríamos de no ver en los diarios y portales de noticias esas notas rojas anunciando el ultraje a un adulto mayor, una violación o un hijo destazando a su madre.

Basamos toda esta teoría en las leyes creadas por quienes hemos puesto como encargados de impartir justicia. Tales legislaciones, muchas de ellas anticuadas y obsoletas, sólohan generado una horda de bestias haciendo cuanto les place y delinquiendo a su antojo.

Quizá el nombre de Yeimy no le suene conocido. No lo recordará hasta que le diga que de pronto saltó a los titulares, pero desafortunadamente muerta y a manos de su padrastro en la ciudad de Poza rica.

Yeimy se convirtió en estadística en la amplia cuenta del gobernador veracruzano, Cuitláhuac García Jiménez. Con 340 homicidios archivados desde que tomó el poder poco a poco va opacando la vieja y dañina administración de Yunes cuya fama de encubridor de pedófilos ya le estaba pesando mucho.

Viendo que un desencuentro entre su madre y su padrastro iba de una ofensa a otra, Yeimy de tan sólo catorce años, quiso parar todo aquello que ya la estaba enloqueciendo. Sin más el padrastro la quitó de en medio ultimándola. La defensa de la jovencita en favor de su madre había terminado en tragedia.

El maltrato a hijos pertenecientes a un antiguo cónyuge no es algo nuevo y mucho tiene que ver con el salvaje machismo que impera en un país embaucado en música incitante a la violencia y al sexo. Los mexicanos tenemos mucho de nobleza, espíritu de servicio y solidaridad, pero igualmente un alto grado de estupidez cuando permitimos que alguien al que hemos elegido para que sustituya a una antigua pareja en el hogar, tenga la inclinación por abusar verbal o psicológicamente de nuestros hijos.

Son muchas las historias de crímenes en las que en su gran mayoría, hombres, abusan sexualmente de las hijas, hijastras.Por sujetos que viciados por las bebidas alcohólicas, ceden a la violencia hasta contra los mismos integrantes de su familia.

Se requiere de sabiduría y valor de parte de una mujer que opta por reiniciar una nueva relación marital luego de que otra le ha dejado un mal sabor de boca. Ciertamente las ilusiones vuelven a resurgir cuando de pronto un nuevo hombre o una nueva mujer llega a sus vidas, sin embargo, pensar en cómo lo verán los hijos y las consecuencias que esto puede traer debería ser una asunto ya no sólo para pensarse, sino de alta meditación.

El estado de Veracruz es uno de los estados con más criminalidad e impunidad en el país. Eliminarla es como desear quitar el inurbano vocabulario de los habitantes de Alvarado. Si bien es cierto que muchos de los crímenes en la región es a manos de los diversos grupos criminales, muchos otros son de diferente índole y peor todavía, el más generalizado, el familiar.

Pareciera increíble pero un alto índice de defunciones infantiles en el país se debe al abuso por parte de los padres, tíos o algún otro pariente cercano. Ahora, son las niñas las más agredidas con una altalista de infanticidios. Lo más triste del caso es que muchos quedan impunes a causa de legislaciones que han resultado insuficientes ante tan horrible ola de abusos.

Sencillo, hace unos días el conductor de un autobús en España que acosó y manoseó a una niña salió libre luego de pagar una fianza. Igual en los Estados Unidos, una pareja que consumió a una de sus hijas de tres años en un recipiente conteniendo ácido, fueron liberados luego de pagar una cuantiosa suma en dólares… ¿Cuál es el juego? ¿Sólo los mayores ganan mientras que los niños por su vulnerabilidad pierden?

Poco a poco se va evidenciando que la dignidad y la seguridad de un menor de edad son equivalente a la de una animalito. Es importante, pero no como la de una persona mayor. Abusar de una persona adulta y con violencia bien podría llevar a purgar largas condenas, pero no cuando esto es sobre un animal o un niño. ¿La justicia va acorde a qué?

Hoy Yeimy es una más en el manto criminal de una insensible humanidad en la que los feminicidios son cosas del día. Así de criminales son nuestros pensamientos en un 2019 en el que cada uno de ocupa de sí mismo olvidándose de sus semejantes.

La espiritualidad y todo aquello que eleva al alma y hace crecer a los seres humanos son cosas opacadas por la entereza de la misma sociedad por autodestruirse. Adieu.

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