Un presunto conflicto religioso acaba con la vida de 11 personas en Puebla

Entre las víctimas se encuentran cinco son mujeres, cuatro hombres y dos niñas, que habían huido de otra comunidad por su fe evangelista, dijo el alcalde.

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Foto: twitter

PUEBLA .-Once integrantes de una familia fueron asesinados la madrugada de este viernes en la comunidad de San José El Mirador en el municipio de Coxcatlán —a seis horas de la capital de Puebla—, y otras dos menores de edad resultaron heridas por arma de fuego, confirmó la Fiscalía estatal.

De acuerdo con las primeras versiones, hombres armados habrían llegado caminando a esta comunidad enclavada en la Sierra Negra alrededor de la medianoche y realizaron diversas detonaciones para después retirarse del lugar a pie, pues para acceder a esta zona montañosa es necesario caminar a través de veredas más de media hora.

Entre las víctimas hay cinco mujeres, cuatro hombres y dos niñas. Otras dos menores de edad fueron internadas en un hospital de la ciudad de Tehuacán por heridas de bala, identificadas como Ana Elisa y Maribel.

La versión oficial da cuenta que hay dos testigos de los hechos quienes ya declaran ante el Ministerio Público. “Ambas reciben la protección y apoyo de la Fiscalía General del Estado”, se especificó en un comunicado de prensa.

El alcalde del lugar, Vicente López de la Vega dijo en entrevista telefónica con Expansión que el primer reporte lo recibió alrededor de las 00:30 horas y de acuerdo con las primeras investigaciones, la masacre se pudo haber cometido por un conflicto religioso.

“Es un suceso muy lamentable. Las personas que vivían en esta comunidad, todas evangelistas, se separaron hace quince años de otra localidad llamada El Potrero —en los límites con Oaxaca— en este último se quedaron los católicos”, explicó.

A la comunidad llegó un grupo de 20 peritos encabezados por los especialistas José Arturo Hernández y José Lezama Palacios, además de policías ministeriales, estatales y municipales.

Según la versión del alcalde, para poder acceder a la localidad, es necesario caminar por veredas más de media hora, un hecho que complica el levantamiento de los cadáveres.

Nueve policías municipales enviados al sitio reportaron que algunos vecinos dieron cuenta que los presuntos responsables tenían los rostros cubiertos.