Un niño enterrado con un pájaro en la boca hace 200 años desconcierta a los arqueólogos

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POLONIA.- Arqueólogos analizaron los restos de un niño encontrados hace varias décadas en una cueva en los altos de Cracovia-Czestochowa (Polonia) y se toparon con un singular hallazgo entre los huesos del menor, que se cree vivió hace unos 200 años.

De acuerdo con los investigadores, dos cráneos de pájaro pinzón (‘Fringilla coelebs’) acompañaban el descubrimiento. Uno se encontraba dentro de la cavidad bucal del pequeño y otro similar cerca de su mejilla, según ha informado la revista Science in Poland.

La datación por radiocarbono realizada a los restos sugiere que el niño fue enterrado entre la segunda mitad del siglo XVIII e inicios del siglo XIX, y murió aproximadamente a los 10 años. Un examen preliminar de los huesos también sugiere que sufría de malnutrición.

El análisis se llevó acabo como parte de un proyecto, encabezado por Malgorzata Kot, doctora de la Universidad de Varsovia, cuyo objetivo es analizar artefactos y restos óseos descubiertos por los arqueólogos hace varias décadas durante las excavaciones en cuevas ubicadas en el valle de Saspowska.

“Cuando abrimos otra caja polvorienta de un antiguo proyecto de investigación, encontramos huesos de niños pequeños”, aseguró Kot, detallando que el arqueólogo responsable del descubrimiento “nunca publicó los detalles de este hallazgo; solo incluyó una fotografía en un libro publicado en la década de 1980”.

Preguntas sin resolver

Investigadores de la Academia Polaca de Ciencias de Cracovia publicaron en artículos anteriores sobre los cráneos de pinzón descubiertos, pero desconociendo que estos habían sido encontrados dentro de un entierro humano. Asimismo, los recientes análisis no han revelado nada que pueda explicar el porqué de su presencia en ese lugar. “No hay rastros de cortes en los cráneos. Solo sabemos que eran restos de pájaros adultos”, afirma Kot.

Otra pregunta que intriga a los científicos es la ubicación de los restos: “Sigue siendo un misterio por qué el niño fue enterrado en una cueva de esta manera, y no en un cementerio en una aldea cercana”, resalta la doctora.

Un serio obstáculo

Lamentablemente existe un serio obstáculo para Kot y su equipo en aras de encontrar más respuestas, y es que el cráneo del infante no se encuentra entre los huesos estudiados, ya que luego de la excavación, “hace 50 años”, los antropólogos llevaron esta pieza a la ciudad de Wroclaw, en el suroeste del país, y hoy en día se desconoce su lugar de almacenamiento.

No obstante, los expertos tienen la intención de realizar completas pruebas de ADN en los huesos restantes para ver si arrojan más pistas sobre el fallecimiento del niño y las extrañas condiciones de su entierro.

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