A dos semanas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el candidato republicano, Donald Trump, dio un paso atrás en una de sus principales promesas de campaña: la construcción de un muro en la frontera entre su país y México, con la finalidad de detener el flujo de migrantes indocumentados.
Desde que inició la contienda, Trump había insistido en que México pagaría por la obra, bajo el argumento de que debe hacerse responsable de la llegada de delincuentes mexicanos a territorio estadounidense.
Pero el fin de semana pasado, en lo que representa un giro en sus mensajes sobre el tema, señaló que Estados Unidos será quien pague y México después “reembolsará” el gasto en la obra.
“México estará reembolsando a Estados Unidos el costo completo de este muro, ¿de acuerdo?”, dijo el magnate en un discurso en Gettysburg el pasado fin de semana, donde expuso parte de su plan en materia de migración.
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